¡Gracias! Mi camino por la vida es el de la eterna aprendiz. Me dio mucho trabajo el uso de los signos porque había pausas obligatorias y se me cambiaba el sentido al poner o quitar alguna. Aún reviso.
Me siento casi eufórica, sentada en el primer pupitre y con la mirada muy atenta a tus clases. Un abrazo.

PD: La madre, ser sublime que llevamos dentro y más cuando el parecido físico lo repetimos, nos lleva a tomar distancia, necesaria para verla y vernos como reflejo o espejo, indistintamente. A veces nos encontramos repitiendo el mismo rol y el llamado interior es el de reconocernos como únicas y seguir adelante. Es un tema complejo este, que emerge con la vena poética sin proponérnoslo.