Venezuela Concurso/Semana 19/Tres palabras extrañas y un relato.

Vivía recogiendo palabras, en el pueblo algunos lo tildaban de orate, otros de ingenuo, en fin muchos no entendía su forma de ver la vida y el honor y culto que le rendía a los términos. Lo llamaban “El Coleccionista de palabras”, siempre tenía una oportuna, vibrante capaz de traer paz, consuelo o reflexión a quienes se las daba. Pregonaba el poder que tiene el decir las cosas y no dejarlas guardadas en un corazón que de no hablar o escribir enfermará.

La muchacha más joven del poblado se le acercó un día para preguntarle porque nadie la quería, ningún de los galanes se le aproximaba ni siquiera para conversar, él al terminar de escucharla le dijo: es por tu bonhomía, la cual es una cualidad, mas en tu caso es exagerada, debes tener algo de carácter y decir que no amablemente cuando sea preciso sin ofender ni ofenderte por la negativa, luces demasiado abracadabrante para los muchachos, y como no saben manejar esa situación es por ello que no se acercan o simplemente se alejan.

Comenzó a buscar en su maleta de palabras y en ese preciso instante tuvo una serendipia, buscaba alguna palabra que ofrecerle a la joven como: paciencia, autoestima, en ese momento encontró otra que no buscaba pero que sorpresivamente le gustó más, esperanza, y se la regaló, nunca la pierdas le dijo.

Y así repartía palabras a quien encontraba en el camino, paz, armonía, solidaridad, a todos les animaba o contentaba con una expresión hermosa oportuna, sincera. Mas sin embargo en medio de su devenir se halló con un niño, el cual le pidió la más agraciada para llevársela a su madre enferma, el coleccionista buscó, y temía dar la equivocada, hasta que recordó que tenía guardada una para un momento especial, la escudriñó mejor entre sus cosas y se la dio doblada al infante. Ve leyéndola por el camino a casa, y repítesela a quien veas veras algo asombroso al llegar a tu hogar. Y así fue su madre lo esperaba recuperada en la ventana, al verlo le preguntó: ¿qué tres allí?, fue el coleccionista que me regaló su mejor palabra y mira te has levantado de la cama, ¿cuál es? pregunta ansiosa la madre… Gratitud.