Título de tu historia: The Homeless

solperez (72)memberAUTHORin Dream Steem • last year (edited)

Una vez más me uno a este reto, que nos propone @dove11, de continuar la siguiente historia:

_{Imagen del concurso}

Sarah trabajó como cocinera a tiempo parcial después de la universidad todos los días en este restaurante. Se sorprendió cuando vio a este hombre sentado en la acera frente al restaurante esa noche. Era un hombre de mediana edad, de unos 53 años, con un pantalón y una camisa gastados.

Estaba temblando pero sentado sin preocuparse por los alrededores, mirando al cielo. Luego se encogió de hombros, pensando que probablemente era un vagabundo que no tenía adónde ir.

Se compadeció de este hombre y le dio algo de comida sobrante después de su turno esa noche. Luego lo vio a menudo sentado justo en frente del restaurante, en el mismo lugar, y sintió lástima por él. El hombre reconocía su amabilidad cada vez que ella le daba comida y ella también sentía una sensación de satisfacción.

Siempre decía: "Qué amable de su parte, jovencita".

Esa noche, el turno de Sarah finalmente terminó a las 10. Se quitó el delantal y lo tiró en su armario. Pero antes de irse a la casa, fue a la cocina a buscar las sobras de comida para John, el vagabundo.

Cuando salió por la puerta, se sorprendió porque John no estaba allí en su lugar habitual. Esta noche estaba de pie junto a la pared y le hizo un gesto a Sarah para que se acercara a él.

Por un momento, Sarah vaciló un poco. John siempre estaba feliz de verla, aceptaba la comida que le ofrecía y charlaba con ella sobre su restaurante, su jefe y su educación. Pero hoy, ella pensó que él se estaba comportando de manera diferente.

Separador Lechuza.png

Sarah percibió que la diferencia estaba en todo, su gestualidad, su tono de voz, su mirada, incluso su vestimenta. Esa noche se había quitado la gorra, vestía una chaqueta negra y se había cortado el cabello.

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Hasta ahora él había tenido una mirada tierna, de hermanito menor, una voz suave y amable, y gestos tímidos, sobre todo con sus brazos, casi siempre cruzados en el pecho, o con sus dedos entrelazados fuertemente a la altura de sus rodillas, mientras estaba sentado en el piso.

Ahora Jhon la miraba a los ojos, sin dejar de ser amable, pero con un fuego en las pupilas que parecía abarcarlo todo, sus manos se movían como palomas mensajeras acompañando a las palabras elegantes que salían de sus labios Este era otro Jhon que ahora estaba frente a ella, aceptando sus comidas, escuchándole sus cosas, pero envolviéndola en un áurea que la atrapaba y seducía.

En principio pensó en irse, en correr, pero la detuvo suavemente con una sonrisa, y ella se sentó a su lado, sintiendo que una nueva y larga historia comenzaba entre los dos.

Ahora Sarah no solo se preocupaba por recolectarle comida a Jhon, sino que antes de salir se miraba en el espejo, se arreglaba el cabello, se pintaba sus labios y colocaba perfume detrás de sus orejas. Sus ojos despedían un brillo mágico, capaz de hipnotizar a cualquier mortal.

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Uno de esos tantos días, Jhon le trajo una flor blanca y fresca a Sarah:

_La corté de un jardín de una casa abandonada _le dijo él con una voz triste.

Sarah la tomó lentamente, sujetándola con las yemas de sus dedos índice y pulgar, poniéndola frente a la cara de ambos, como si estuvieran esperando que alguien les tomara una fotografía; y, de repente, sintió ganas de llorar, como si esa escena fuera un mal presagio.

_Por qué la trajiste blanca _le preguntó Sarah _a mí me gustan más las rosas rojas.

__A mí también me gustan más las rojas _respondió John _ y te confieso que había de todos los colores en ese jardín, pero esta blanca se metió entre mis manos, y decidí traértela.

Es la hora de la salida, hoy Sarah se puso más linda que nunca, se cortó el cabello, y se pintó los labios de borgoña. Esta vez le preparó una comida especial a Jhon y tenía muchas cosas que contarle sobre el trabajo y sus estudios, además hoy iba dispuesta a proponerle ir a otro sitio, a caminar, a darle algo de más formalidad a aquella extraña relación, pero hoy no está Jhon, la acera está vacía. Esperó un rato, viendo hacia un lugar u otro a ver si lo encontraba.

"Qué extraño" -pensó. "Él siempre está aquí".

La noche la encontró allí, sentada, sola, con la sensación en la garganta de que Jhon, no regresaría Jamás.

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Me encantaría invitar a mis amigos @vivigibelis, @adeljose y @genomil. Aquí la información

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Sarah perceived that the difference was in everything, her gestures, her tone of voice, her gaze, even her clothing. That night he had taken off his cap, was wearing a black jacket, and had cut his hair short.

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Until now he had had a tender look, like a little brother, a soft and kind voice, and shy gestures, especially with his arms, almost always crossed on his chest, or with his fingers entwined tightly at the height of his knees, while he was sitting on the floor.

Now Jhon looked into her eyes, without ceasing to be kind, but with a fire in his pupils that seemed to encompass everything, his hands moved like homing pigeons accompanying the elegant words that came from his lips This was another Jhon who was now in front of her, accepting her meals, listening to her things, but enveloping her in an aura that trapped and seduced her.

At first she thought of leaving, of running, but he gently stopped her with a smile, and she sat next to him, feeling that a new and long history was beginning between the two of them.

Now Sarah not only worried about collecting food for Jhon, but before leaving she looked in the mirror, fixed her hair, painted her lips and placed perfume behind her ears. His eyes gave off a magical glow, capable of hypnotizing any mortal.

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One of those many days, Jhon brought Sarah a fresh white flower:

_I cut it from a garden of an abandoned house _he told her with a sad voice.

Sarah took it slowly, holding it between the tips of her index finger and thumb, holding it in front of both of their faces, as if they were waiting for someone to take their picture; and suddenly she felt like crying, as if this scene were a bad omen.

_Why did you bring it white _said Sarah _I like red roses better.

__I also like the red ones better _John answered _ and I confess that there were all colors in that garden, but this white one got into my hands, and I decided to bring it to you.

It's time to go out, today Sarah got prettier than ever, she cut her hair, and she painted her lips in burgundy. This time she prepared a special meal for Jhon and she had many things to tell him about work and her studies, plus today she was willing to propose that they go somewhere else, to walk, to give something more formality to that strange relationship, but not today Jhon is there, the sidewalk is empty. He waited a while, looking towards one place or another to see if he could find it.

"How strange" he thought. "He is always here."

The night found her there, sitting, alone, with the feeling in her throat that Jhon would never return.

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last year in Dream Steem by solperez (72)memberAUTHOR

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