El molde interior, es la realidad de nuestro mundo exterior, la realidad es un espejo que deforma nuestras formas, desdibuja los colores del mundo que yace en nuestro ser, el molde exterior es una utopía que nos encierra en las cavernas del hombre exterior, para salir del laberinto solo tenemos que mirar a nuestro interior, solo así conoceremos a un residente que habita en el atemporal espacio de nuestro recipiente , casi siempre olvidamos su existencia ,este personaje es el protagonista de nuestra existencia, es el Hombre Interior, para descubrirlo debemos quitar el polvo de la arrogancia y sacudir los muebles del egoísmo, la envidia, la avaricia.

Solo cuando hayamos realizado el trabajo interior, con pasión, perseverancia, constancia y disciplina, caerá la venda de lo que creíamos era la realidad, y el molde exterior caerá como un telón en la opera prima de nuestras vidas, entonces ya no seremos los mismos, pero ese trabajo interior necesita que nosotros hagamos operativas unas sencillas herramientas.

Estas son las olvidadas Virtudes, ellas son el santo grial de nuestro ser íntimo, cuando no trabajamos las virtudes, el Hombre Interior muere y cobra vida el Hombre exterior, entonces ocurre que la puerta interior que contiene el templo que nos conecta con nuestro origen divino se cierra y perdemos el link con la espiritualidad.

Cuando esto sucede aparece entonces la muerte espiritual, los griegos llamaban a este tipo de muerte, Agnosia, en palabras sencillas es ignorancia de la realidad interior, cuando descubrimos el hombre interior estamos en presencia de un conocimiento atemporal, el cual las escuelas tradicionales llaman, Gnosis, es entonces cuando podemos decir que nos conocemos a nosotros mismos.

El molde interior es el fruto, el exterior es la cáscara, solo tú decides con cual alimentarte…