Concurso de cuentos #fotocuento - Semana 11: Las cinco runas de Mohor.

Tantos meses de investigación por fin darían sus frutos. Estábamos muy cerca de resolver la primera incógnita, la primera pieza del puzle. Pero para eso debíamos atravesar antes el laberinto de piedra de Isla Mahoc.

Imagen cortesía de @rahesi, para el concurso.

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Existe un lugar en Isla Mahoc que esconde un gran secreto: La primera de las Runas mágicas de Mohor; la primera de cinco runas que, una vez reunidas, darán la posibilidad de poseer un gran poder y una gran riqueza.

Mohor fue un rey hechicero de la antigüedad que unificó los nueve reinos hechiceros en una sola nación. Trajo la prosperidad y la paz a todo el mundo libre durante cuatro décadas enteras. No existía un solo alquimista que no lo respetara, hasta que Beenk el Claro creció. Discípulo de Mohor desde muy pequeño, Beenk canalizó toda la sabiduría y enseñanzas que su mentor puso a la disposición del infante para alimentar su propio odio. Un odio que engordaba la ambición natural heredada de su padre, el hermano de Mohor, Gilmar el Resentido. A pesar de su gran poder, el amor que Mohor procesaba hacia su sobrino le hizo permanecer en el más consciente desconocimiento hacia lo que se avecinaba. Beenk quería el trono, la autoridad y la muerte de su tío.

Cuando Mohor fue desafiado y consciente del peligro, repartió las cinco esencias de su conocimiento mágico en cinco runas encriptadas que escondió en cinco puntos dispersos por todo el reino libre, debilitándose con ello. Pero no lo suficiente como para no poder contener al joven traidor. Ambos quedaron perdidos en un combate eterno entre los resquicios de la alquimia quántica; y a quien reuniera las cinco runas y las descifrara, le sería otorgada la capacidad de devolver la estabilidad al caótico reino. Caos en el que se vio irremediablemente sumido tras el comienzo del choque. A día de hoy, ninguna de las runas ha sido hallada.

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Y aquí estábamos Simik y yo, en los primeros pasillos del laberinto. La oscuridad profundizaba en nuestro avance y el silencio lograba inquietarse con extraños susurros provenientes de ninguna parte. Nadie que se hubiera adentrado en este laberinto había conseguido salir…

Acompañado de una explosión de susurros que parecían querer gritar, oímos un crujir de rocas. Como si éstas se hicieran polvo en cuestión de un segundo. Sonidos que, de nuevo, no parecían venir de ninguna parte.

En este concurso, @rahesi nos invita a crear un cuento a partir de una fotografía de su autoría. Participar, además de divertido, es un excelente ejercicio de escritura creativa. ¡Animaos, no os lo penséis más!