Saludos a todos, apoyando a @rahesi en esta segunda semana de concurso, aquí mi entrada con este cuento cuyo contenido se origina de una foto. Espero les guste.

Sentada en un café y con la mirada perdida, pensativa, como si estuviera esperando a alguien. Súbitamente se encuentra en casa, decide conversar con el marido sobre su indiferencia hacia ella pero él ni hablar quiere. Ella piensa que hasta para eso la desprecia y entonces, insiste. Sin embargo, sorpresivamente, él reacciona violentamente y la ataca tomándola por los cabellos para golpearla mientras los insultos no se hacen esperar. Le pega la cabeza contra la pared y la tira en la cama; ella no se defiende pero tampoco llora, sólo se siente herida y lastimada en lo más profundo de su ser y con mucho miedo a la soledad. El esposo, quizá, quien sabe, arrepentido por lo que hizo se va de la casa; la abandona.

Los días siguientes, una gran aflicción la acongoja y se deprime, desata en un llanto descontrolado, tratando de buscar consuelo en Dios, preguntándose por qué él le hizo eso. Taciturna, se entrega a la tristeza y se le ocurren las ideas más descabelladas para poner fin a su amargura y terminar de una vez por todas con esa situación que la agobia y la traslada a una oscuridad total.

Hasta que un día, cansada de sobrevivir y a punto de desfallecer, se para frente al espejo y observa a una persona derrotada, víctima de la violencia, con moretones cuyo maltrato todavía aduce a la agresión de la que fue producto, descuidada físicamente y emocionalmente insegura. En ese momento recuerda a aquella mujer alegre, firme de carácter y decidida que siempre supo lo que quería en la vida; ahora casada con un hombre, de apariencia tranquila pero extremadamente egoísta y machista; para quien a los ojos de todos era una buena persona por su generosidad lo cual no era mentira aunque la única y verdadera realidad era que él como pareja dejaba mucho qué pensar.

Ella había perdido su identidad, todo por complacerlo y evitar a toda costa que se molestara; siempre pensó que cambiaría y que la valoraría algún día lo cual nunca sucedió, al contrario la manipulación y la agresión fueron más frecuentes. Indefensa, frustrada y sola no logra desengancharse de ese círculo vicioso que parece un laberinto del cual no encontraba la salida.

Continuaba con la mirada absorta en el espejo, veía todo como si pasara en una película, una y otra vez. De repente, entra al baño, se da una ducha, se viste y sale de su casa. Comienza una travesía que ni idea a dónde la llevaría. Caminó y caminó.

Fue cuando entró al "Coffee Party", pidió un café y comenzó a recordar todo lo sucedido hasta ahora. Ensimismada, termina su café y se propuso emprender una nueva vida, sintiéndose libre en ese instante, como si su jaula se hubiera abierto; segura estaba que no sería fácil pero estaba decidida a luchar por no dejarse vejar más y por quererse más. De ahí, en adelante ya no sería la misma.

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Vamos acompáñanos en esta diversión, no pierdes nada y ganas mucho.