RE: La puerta al final del pasillo. Periplos, Revista de Arte y Literatura. N° 3
Así funciona la creatividad, leí a Dalh, me recordó a Indiana Jones y a Tomb Raider y me dije ¿Que podría estar haciendo un niño para imaginarse que estaba saqueando reliquias antiguas? La solución... saqueando la despensa (yo también lo hice) y voalá, ahí estaba el germen del cuentito; uno simpático, entretenido y que a todos (o la mayoría) les haría recordar su infancia y sonreír. El resto, fue buscar la manera de meter al lector en la historia, hacerla interesante y por qué no, engañar al lector para que se identificara y temiera por el niño sin revelar hasta el final lo que estaba pasando en realidad.
El de Dalh es genial, no es para menos, pero mi intención no era competir con él si no tomar su idea (el niño jugando) y hacer algo mio, distinto y entretenido. ¡Creo que lo logré!, ¡gracias por leer!