Si hay algo que es tan cierto como que amanece diariamente es que el tiempo no se puede recuperar, ese concepto abstracto que a diario nos castiga, que nos hace correr de aquí para allá procurando que nos rinda al máximo muchas veces también nos obliga, como en este caso, a reencontrarnos con nuestra prioridades, a valorar y atesorar cada cosa que hacemos y a cuestionarnos sobre lo que es y no es importante en nuestro que hacer diario.

Hasta no hace mucho era de los que decía:

<Necesito que el día tenga por lo menos 30 horas para terminar todo lo que tengo que hacer

Ahora entiendo, que no puedo hacer todo, todos los días y en lugar de martirizarme por lo que no conseguí trato de establecerme metas diarias que si pueda cumplir y a buscar "ayudas" para optimizar mi tiempo.

Al final de todo entendí que no hay mejor tiempo que el que invertimos en hacer crecer el amor entre nosotros y nuestros seres queridos... todo lo demás es necesario, pero no lo mas importante.