Educación: caso Venezuela

Hoy voy a escribir acerca de uno de los temas que más me interesa y preocupa: la educación. La educación es mi vida, como lo detallaré cuando redacte mi propio #IntroduceYourSelf . Pienso, vivo y trabajo por y para la educación, y siento que el trabajo realizado no es suficiente, que cada vez somos menos los que estamos conscientes que es en la educación donde radica el bienestar de los pueblos.

Vivo en Venezuela, donde la educación ha sufrido un franco deterioro en todos los aspectos. Si hablamos de la educación pública, encontramos planteles en un estado deplorable, con pocos maestros, mal pagados y mal alimentados, con niños y jóvenes peor alimentados y un sistema donde la deserción escolar es el pan de cada día. Es alarmante la situación de la educación pública en Venezuela. Además de lo urgente del cambio político para Venezuela, el tiempo para lograr recuperar el futuro que se está mal formando se agota.

Si hablamos de educación privada, ésta continúa funcionando a pesar de las presiones públicas para que las instituciones privadas se acojan a los cambios implementados por el nuevo modelo educativo del Estado Bolivariano. Es la presión económica la que está ahorcando a la educación privada. Los costos de todos los insumos suben día a día; los maestros y empleados de los colegios privados requieren cada vez mejores salarios para poder continuar con su labor; a los padres se les hace cada vez más difícil pagar por la educación privada de sus hijos.

Si hablamos de la educación en la familia, ésta la vemos reflejada en el comportamiento del venezolano. Existe una profunda crisis económica y social, que afecta directamente a cada núcleo familiar de nuestro país. Existe una crisis de valores, donde el respeto y la ética han abierto paso a la supervivencia, la viveza y la insensibilidad. El tiempo se agota para lograr rescatar nuestro país antes que sea tarde.