Cuando analizamos en comportamiento del Dios de los Judíos a lo largo de la historia se puede observar que no es del tipo de los que se alejan. Siempre está observando a su pueblo y cuando lo considera oportuno se acerca. Podemos decir que observa, que merodea. Y todo el propósito de ello es realizar una enseñanza o una preparación para un evento importante. Lo dificultoso de ver esto radica en el hecho de que la Biblia no pretende ser clara salvo en muy pocas ocasiones. Se pueden diferenciar así, varias etapas. Es un hecho que la aparición de los Judíos junto con su muy especial Dios constituye una anomalía histórica. Cuando los pueblos considerados más avanzados están aún adorando plantas, lugares, animales, objetos celestes, los Judíos se presentan con un Dios con una concepción bastante abstracta: omnisapiente, omnipresente, omnipenetratente… Alguien a quien no se le pueden esconder ni siquiera los más pequeños pensamientos. Y siendo así, se diferencian varias etapas históricas donde Dios y Pueblo avanzan por un proceso de adaptación y aprendizaje. Veamos, comencemos por el principio. Primero el Dios es creador. Crea el mundo en seis días en una historia muy conocida y establece un séptimo día para el descanso. Incluso Él tiene que descansar. Esta etapa culmina con la creación del Paraíso, y de una pareja de seres que según se cuenta fueron hechos a imagen y semejanza de la deidad. Acotemos algo aquí. Esto parece un experimento y todo parece indicar que se hicieron muchos simultáneamente. Estos eventos terminan con un proceso de enseñanza, en el que la pareja de seres desobedecen una orden muy directa, y cometen un acto de rebelión, cuyo desenlace es la expulsión del paraíso con una serie de advertencias: ya no serán alimentados de gratis, la mujer parirá con dolor, etc, Salen al mundo y se consiguen con un mundo poblado por diversidad de seres, gigantes, demonios, otros seres iguales a la pareja. Y esto es lo que nos hace pensar que la experiencia del paraíso se hizo una cantidad de veces simultáneamente, y todos tuvieron el mismo resultado. En conclusión, parece que tenemos un aprendizaje sobre los seres vivos y es que a medida del aumento de su inteligencia y su madurez siempre terminan revelándose en contra de los hechos establecidos. Esta es la primera ruptura. Dios parece alejarse, pero ello no parece ser cierto.