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Durante algunas semanas del año pasado dicté un taller de cuento en el Discord de Equipo Cardumen. Comencé a publicar las sesiones, pero problemas de computadora me impidieron continuar haciéndolo. Como he encontrado parte de los archivos perdidos, voy a retomar la publicación, necesariamente fragmentada.

En esta ocasión publico una primera parte de la conversación sobre "el personaje", que concluiré en un próximo post.

Saludos.

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rjguerra:

La semana pasada decíamos que los lectores tendíamos a ver a los personajes literarios como personas reales, y podíamos amarlos, odiarlos, sufrir o alegrarnos con ellos. Robert Mckee, un importante autor norteamericano de libros sobre guion cinematográfico, tiene una postura interesante. Dice: "Un personaje es una obra de arte, una metáfora de la naturaleza humana. Nos relacionamos con los personajes como si fueran reales, pero son superiores a la realidad."

¿A qué se refiere Mckee? A que percibimos a los seres humanos, incluso a nosotros mismos, como un amasijo de acciones, deseos y pulsiones confusas, mientras que los personajes han sido diseñados para ser significativos, esclarecedores.

El personaje de un cuento bien logrado nos revela algo de la realidad, del mundo, y de nosotros mismos. Nos reconocemos en él, o reconocemos a los otros. A veces reconocemos la estupidez de los seres humanos, o su bondad intrínseca. También, por supuesto, podemos conocer la maldad.

Participante:

¿Existe una guía o un patrón para crear el personaje perfecto?

rjguerra:

No creo que eso exista, ya que el personaje perfecto debe adecuarse a la obra perfecta.

Veamos el caso de Hamlet, el personaje de Shakespeare. Para muchos autores, es el personaje más complejo y de más dimensiones creado por un autor. Hamlet, en aras de su venganza, se muestra implacable, cruel, irónico, pero también amoroso, decidido y lleno de dudas, en fin. El asunto, es que si lo cambiamos de obra, a lo mejor resulta un disparate. Entonces no debemos ver el asunto de la construcción de un personaje, perfecto o no, como un "guion", es decir, como una serie de reglas, sino como un proceso dinámico donde intervienen tanto los rasgos del personaje como la trama o argumento de la historia. Personaje e historia se influyen mutuamente.

No hay una "guía", pero sí hay ciertos aspectos generales que podemos revisar para que un personaje adquiera densidad. En primer lugar, un personaje debe ser coherente. ¿Qué quiere decir esto? Que siendo una colección de rasgos, estos rasgos no deben ser tan opuestos o contradictorios que se nieguen unos a otros. En segundo lugar, un personaje de cierta profundidad, debe poder cambiar. En tercer lugar, un personaje debe incluir cuando menos un rasgo aparentemente contradictorio con su personalidad básica.

_{Sir Laurence Olivier interpreta a Hamlet, Fuente}

Veamos con más calma lo que escribí más arriba:

Los rasgos no deben negarse unos a otros y sin embargo deben incluir cierta contradicción.

Un personaje puede ser un criminal, un asesino despiadado, y sin embargo amar profundamente a su abuela. Otro, puede amar a su pareja, y sin embargo engañarla.

Podemos pensar en asesinos por compasión, verdugos con cargos de conciencia; cobardes que realizan un acto de heroísmo.

Participante:

¿Por qué deben ser contradictorios los personajes?

rjguerra:

Es una buena pregunta, porque con ella salimos del ámbito de la teoría literaria y entramos en el de la práctica de escritura. Los personajes deben incluir cierta contradicción porque eso los hace más interesantes y más realistas (incluso en los cuentos fantásticos). Es un asunto de verosimilitud psicológica y de identificación del lector. Sabemos por experiencia de vida, que nadie es monolítico, todos estamos formados por capas contradictorias, y los personajes que son así despiertan más interés.

Participante:

Claro, no todos somos negros o blancos también existe el gris y todos sus matices

Participante:

Eso es tal vez lo más complicado de construir personajes

rjguerra:

Sin embargo, debemos tener cuidado de no llenar a nuestros personajes de rasgos extravagantes y en exceso contradictorios, porque producen el efecto contrario.

Entonces, la primera y la tercera recomendación se mantiene y se complementan: coherencia y cierta contradicción.

Participante:

¿Cómo saber si estamos exagerando los rasgos de un personaje?

rjguerra:

Debemos recurrir a nuestra experiencia como lectores y como seres humanos. Como lectores podríamos volver a la cita de McKee: "Un personaje es una obra de arte". Entonces debemos preguntarnos si esos rasgos dicen algo significativo Como seres humanos, debemos preguntarnos si ese personaje nos recuerda a alguien. Por otra parte, no hay que perder de vista que un cuento es una obra corta, y por tanto la caracterización del personaje no puede ser tan amplia como en una novela.

No todos los personajes pueden caracterizarse con la misma profundidad. Sobre el personaje principal recaerá el mayor peso. Los personajes secundarios e incidentales no necesitan tanto trabajo. Además, hay personajes "planos", es decir, de rasgos sencillos, unidimensionales, que perfectamente pueden ser principales. Veamos cómo es eso.

Esto es lo bueno de la teoría: siempre se complica y está llena de excepciones y vericuetos.

Hablemos un poco de personajes "tipos", "estereotipos" y "arquetipos". Son variantes de personajes planos, y lo son en distinto grado.

El personaje tipo, también llamado "prototipo" en algunos textos, es un personaje plano por excelencia. Está marcado por un rasgo dominante. Es el personaje de los cuentos de hadas o de otras historias populares. En la actualidad, lo encontramos mucho en las telenovelas, la novela romántica, en las películas de superhéroes (sobre todo como villano) y en muchas novelas para adolescentes.

No debemos despreciarlo por eso. En realidad, es el adecuado a muchas historias.

En la Edad Media, principalmente en las novelas de caballería y en las novelas pastoriles, este personaje era fácilmente identificable porque pertenecía a su cultura: el caballero andante, el hechicero maligno, el caballero traidor, la doncella, estaban allí para cualquier escritor, pero en la actualidad incluso eso que parece simple se nos hace complicado.

El estereotipo es todavía más plano. Un estereotipo es la suma de los prejuicios. Pareciera que de ahí no se puede sacar nada, pero no es así.

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