Empezando a escribir

Desde pequeño siempre quise ser escritor. A decir verdad, siempre quise hacer muchas cosas, cual niño pequeño que no se decide por algo, y ahora también estoy así, sin decidirme a que dedicar mi vida, pero por lo menos tengo una o dos metas claras, y la más importante es lograr publicar un libro. Publicar un libro no es fácil, y menos estando aquí en Venezuela, pero podría hacerlo si me voy del país o si tengo mucha perseverancia en esa meta, cosa que la verdad si tengo.

Escribir no es difícil, como dije arriba, solo debes tener perseverancia. Hace ya un año que escribí una historia completa, porque nunca había tenido la perseverancia para escribir algo y terminarlo. Siempre dejaba todo a mucho menos de la mitad, si se habla del ámbito literario; tenía toda la historia y todos los acontecimientos en mi mente, pero a la hora de escribir no lograba plasmar mis ideas en palabras concretas y con sentido, así que terminaba olvidando la idea y esperando la inspiración para poder escribir otra, que seguramente tampoco iba a terminar. Esto último terminó con la historia que terminé el año pasado, pero tampoco fue algo de hoy para mañana. La historia tiene a penas noventa páginas y tardé dos años en escribirla. Sé que tiene errores tanto gramáticos como ortográficos, y sé que se pueden arreglar volviendo a leer la historia con más cuidado.

Lo que pasa es que tengo un pequeño problema y es que no puedo volver a leer lo que escribo. Cual una foto, mientras más analizo lo que escribo, más errores le encuentro hasta así terminar odiándolo. Tengo mi historia en un pedestal por ser la primera que sí pude terminar, y volverla a leer significa para mí dañar algo que en serio me costó mucho hacer, y que tiene gran parte de mi corazón en ella.
Además de eso, siento que cada vez que escribo voy mejorando, y como esas noventa paginas las escribí en un periodo muy variado de dos años, siento que unas partes de la historia son algo grandioso de leer, mientras que otras solo dan pena ajena al ver lo mal redactadas y pensadas que están. Por suerte y para contrarrestar esto, ahora estoy escribiendo aquí, a diario, y eso me hace pensar que por lo menos no estoy perdiendo la práctica, y no solo eso. Siento a su vez que estoy mejorando, cada vez escribiendo más, de forma más fluida y a veces hasta de forma más poética, si es que así me lo propongo.