Anatómicamente no somos capaces de levantar vuelo y añorarlo podría indicar delirio...sin embargo, en algún punto de nuestras vidas (sino en toda la vida) jugamos con la posibilidad de ser libres, tan libres como un ave. Y creo que esto último podríamos lograrlo, no precisamente echando a volar nuestro cuerpo, pero si nuestras ideas, convicciones y pensamientos para que lleguen alto, muy alto. Tal vez eso sea lo más cercano que puede estar el hombre de volar por sus propios medios...
Así es, mi querida @sofiaquino98, por eso, antes que dar saltos en el vacío, debemos volar con la imaginación. Ahí nuestras alas cobran más y más fuerzas y nuestro espíritu puede remontar grandes alturas.