Tercera entrega de la serie grandes amores de la historia: John Lennon y Yoko Ono.

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De nuevo con ustedes apreciados amigos, continuando con el ánimo de seguirles compartiendo los grandes amores de la historia, en esta oportunidad les platicaré sobre la vida amorosa de una delas parejas más controversiales de los años 60, John Lennon y Yoko Ono. Les invito a continuar con la lectura y a descubrir los detalles extravagantes de esta historia.

Yoko Ono y John Lennon, conforman si se quiere, una de las parejas más polémicas de la década de los 60, enmarcada en escándalos por las drogas, constantes peleas, diferencias culturales y también diferencias de edad, que levantaron mucho polvo en la arena pública, pues ellos mismos se encargaron de publicar cada suceso de su vida en conjunto.

La vida de estos dos amantes, estuvo rodeada de excentricidades, enmarcada dentro del amor libre, en el que ambos abandonaron sus antiguos matrimonios para ir en busca del otro, ante la inevitable atracción que los unió desde el mismo instante en que se vieron.

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Yoko de 33 años japonesa, reconocida artista plástica, que se forjó un nombre en su país de nacimiento y alcanzó proyección internacional. Ocasión que le valió la oportunidad de conocer a John Lennon de 27 años, en Londres en el año 1966, cuando exhibía una de sus aclamadas exposiciones en Londres al coincidir en una de las salas de la galería en la que John buscaba acuciosamente, a la autora de tales obras que lo tenían fascinado. Al coincidir, se encendió de inmediato la chispa de su amor, que los unió en matrimonio por 13 años, hasta la muerte de John, aquel nefasto 8 de diciembre de 1980, propinada por un maníaco fanático Mark David Chapman, quien bajo los efectos de la droga, le propinó cuatro disparos en la espalda, poniendo fin a su vida.

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Yoko Ono nació en Tokio un 18 de febrero de 1933, hija de padres que tenían una acaudalada fortuna, perteneciente a la aristocracia japonesa. Desde niña mostró destacado interés y talento por la plástica y la música, cosa que sus padres notaron a temprana, pero fue su padre quien decidió apoyarla para que desarrollara ese natural talento por las artes visuales y la música, matriculándola en una escuela para niños con talentos especiales, pues su madre estaba demasiado entretenida con los negocios financieros de la familia.
Yoko era una artista inquieta, rebelde con una muy prolífica carrera creativa y de vanguardia. Su espíritu errático e irreverente la llevó a formar parte del movimiento Fluxus en donde encontró un terreno abonado para expresar y exponer su bizarro arte conceptual, en el que manifestaba la libertad del ser humano, el estímulo del pensamiento, en el que el espectador debía crear su propio arte. En una ocasión, presentó un concierto, donde el auditorio debía escuchar imaginariamente la música.

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Fue la editora de un célebre libro sobre arte llamado grapetfruit que tuvo gran acogida por la crítica internacional, así como la creación de dos discos sinfónicos de enorme calidad musical. Contrario a lo que muchas personas creen, Yoko Ono ya tenía forjado su patrimonio artístico, antes de conocer a John Lennon, y la crítica especializada, señala que de no haber aparecido en la vida de John, éste se hubiera desviado por caminos destructivos y de adicciones autodestructivas, típico perfil de los músicos de la época.

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La boda de ésta pareja fue muy sonada desde el hecho propiamente dicho del casorio, en el que no repararon en gastos ni en difusión por su feliz unión, hasta pasar la luna de miel en el Hotel Hilton de Amsterdan, donde permanecieron encerrados durante siete días, dando a conocer públicamente su estadía, en la que reportaban la exhibición de carteles, donde mostraban mensajes de protestas por la guerra de Vietnam, llamando a la paz y a la conciliación.

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Tuvieron un hijo en común, Sean Taro Ono Lennon, para ése momento, los esposos decidieron intercambiar los roles, encargándose Joko de los negocios y las finanzas y John se quedó en casa cuidando de Sean y cumpliendo con las labores domésticas.
Yoko se convirtió en la mentora de John, al que le demostró solidaridad y apoyo incondicional, convirtiéndose en sólida colaboradora de él en la música. Ambos artistas, supieron combinar su talento, con la lucha por las causas sociales en la que creían, atrayendo un público rebelde y sediento de justicia como ellos mismos. En el año 1973, tras verse envueltos en querellas hogareñas y profesionales, decidieron separarse tras largos 18 meses, pero la fuerza de su amor, fue capaz de romper con las diferencias y se reconciliaron, hecho al que John le llamó : “un fin de semana largo”.
Luego de la muerte de su esposo, Yoko se aisló por un buen tiempo lejos del bullicio y la fama. Años después y heredera de una gran fortuna, del creador de “Imagine”, retomó su carrera como artista conceptual, y hoy día a sus 80 años de edad, ha dado mucho de que hablar de su magnífico talento.

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Bien amigo, esta fue la historia de amor que unió a estos dos grandes talentos artísticos. Espero les haya gustado y no olviden visitar mi blog para que puedan leer la próxima historia, que desde ya la estaré preparando.

Acá les dejo el link de las historias anteriores:

https://steemit.com/cervantes/@sincroniadivina/grandes-amores-de-la-historia-simon-bolivar-y-manuela-saenz
https://steemit.com/cervantes/@sincroniadivina/segundada-entrega-de-grandes-amores-de-la-historia-salvador-dali-y-gala

Gracias una vez más por su apoyo