Diario de a bordo (Rumanía) Día 5.
Se levantó otro día más con niebla, casi todos fueron así, fuimos en coche a las afueras de Brasov para ir al Castillo de Bran, ciertamente la niebla le daba una buena ambientación a todo el viaje.
El castillo está a 54 kilómetros desde el centro de Brasov, consiste en una fortaleza medieval y tiene muchos visitantes debido a su relación con la novela “El Conde Drácula” de Bram Stoker.
Stoker escribió su más famosa novela en 1897, consiste en una historia ficticia basada en un personaje real como fue el príncipe de Valaquia, Vlad III (Vlad Draculea), más conocido como “Vlad el Empalador”.
Vlad luchó contra el expansionismo otomano que amenazaba a Europa, fue considerado como maldito tanto por cristianos como por musulmanes, empalaba a todos sus enemigos en los bosques para infundir miedo, de ahí su apodo.
Los alrededores del castillo de Bran son espectaculares, debido a la vegetación y al clima, así que al ver ese imponente castillo resulta fácil meterse en el papel y pensar que aquello debía estar lleno de vampiros. Antes de llegar hay unas cuantas tiendas que venden todo tipo de artículos relacionados con el castillo y con el conde Drácula.
Lo primero que he de decir es que, a pesar de vínculo de éste castillo con la figura de Vlad, se dice que él nunca estuvo en éste castillo y que su verdadera fortaleza fue el castillo de Poenari, el cual está parcialmente en ruinas.
La entrada al castillo costaba 25 lei (unos 5 euros) y aparte pagamos otros 10 lei (2 euros), para ver la sala de torturas, por dentro es bastante laberíntico y grande, se tarda un buen rato en recorrerlo entero y se puede ver toda su decoración y muebles de cuando vivió allí la reina María de Rumanía (1920-1930).
En este lugar se hablaba sobre la mitología rumana de los strigoi, que serían los orígenes de la leyenda de Drácula, los strigoi son las almas de los muertos que salen de las tumbas durante la noche para aterrorizar a los vivos, la única manera de eliminarlos es arrancándoles el corazón a plena luz del día y ancándoles a las tumbas con ayuda de estacas.
Tras pasar unas horas en el castillo de Bran, nos fuimos a comer a un pueblo cercano llamado Rasnov y de nuevo volvimos de noche a Brasov, ese día aprovechamos para ver más cosas en Brasov, como la Iglesia Negra que fue construida por sajones transilvanos en la década de 1380, es el mayor monumento religioso de estilo gótico del sudeste de Europa.
Se le conoce con ese nombre por un incendio que sufrió por parte de fuerzas invasoras austriacas en 1689.
Después de ver el centro de Brasov, cenamos y planificamos lo que haríamos al día siguiente, queríamos ver osos así que la búsqueda del oso pardo acababa de comenzar.
Fotos propias.
Si quieres saber más del viaje consulta:
https://steemit.com/cervantes/@simonmaz/diario-de-a-bordo-rumania-dia-1
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