Lisboa, Alfama y Muraira

Después de tomar un caldo del día, muy típico de aquí, cada uno tiene su receta, pero suele ser un caldo de legumbres (alubias) con algo de verdura, col, zanahoria,grelos.. y empanadillas o croquetas de bacalao, te puede salir el almuerzo por menos de tres euros y no vas hasta la boca para poder afrontar las numerosas cuestas que jalonan Lisboa.

La Alfama, recomiendo subirla desde la Baixa Pombolina, buscar una calle lateral mirando al castillo y empezar a subir, será más típico hacerlo desde abajo por los arcos estrechos,que jalonan unas escaleras ascendentes hacia las estrechas calles circundadas de coloridas casas, estilo favelas, pero la oscuridad, algún que otro personaje consumiendo hachís que se ve, son disuasorios si quieres evitar sustos o males mayores.(A pesar de que se diga que la Alfama es el barrio más seguro de Lisboa, disiento de ello, por esas calles empedradas te puede pasar cualquier cosa, y no se entera ni Dios.)

Un inciso con lo de las drogas, hay una permisividad total por parte de la Administración, nos ofrecían drogas continuamente, por la calle enseñándole el material y todo, principalmente hachís y cocaína, incluso en la mismísima plaza del comercio me sacó un tipo una bellota a la que hice caso omiso, desde luego. Ni en Ámsterdam, vi tanto desparpajo ofreciendo drogas, la verdad.

Al que no le guste las cuestas, va aviado en Lisboa, aunque es típico ofrecer tuk tuk que por cinco euros te llevan al castillo, pero la gracia es subir recreándose en los moradores, plazoletas,iglesias y edificios emblemáticos.

En uno de los miradores, se nos acercó un angoleño muy simpático, por si queríamos palo de selfie(se sigue vendiendo si), hablamos con el de lo mal que estaba el Málaga FC, sabía algo de español, nos recomendó no entrar al castillo, 15 pavazos del ala y los castillos,pues eso, son castillos. También hay por arriba del castillo, un mirador por cinco euros y el observatorio, nos recomendó el gratuito mirador de Graça, y un paseo por la zona del castillo sin entrar. Un acierto, ese mirador es acojonante, plagado de españoles, eso si, como grandes amantes de lo gratuito, allí eramos legión.

Cómo.curiosidad, este chico,nos contó que hay mucho africano en Portugal aunque entren por España debido a que para regularizar su situación son cuatro años,y en España seis(Alemania y Francia creo que nos dijo ocho). Bueno y que nos encasquetó unas pulseras por la cual le terminamos dando cinco euros, y creo que es la primera pulsera quitando la típica esclava de oro que he tenido desde niño.

En la subida, hay varias iglesias y la catedral de Lisboa, nada que ver con las catedrales españolas y que decir ya de las italianas(Florencia, Milán, Nápoles...), las veo vetustas y carentes de paso más allá del románico, no hay huellas de gótico ni barroco, ni un alarde pero sin llegar a la elegante sobriedad de las iglesias de Amsterdam, no sé, se ve que la Santa Madre Iglesia en Portugal, tiene menos mano o menos adeptos.

El castillo de San Jorge, pues un castillo ni más bonito ni más feo que otros, nos tomamos un café en un lugar super elegante, es una de las ventajas que veo en Lisboa, para lo que viene a ser un sueldo medio en España, te puedes permitir sitios elegantes y muy refinados a precios que por poner un ejemplo, era 2,20 euros un café, en pleno cogollo lisboeta.

Emprendimos la bajada por el lado contrario a la subida buscando la Mouraria. Similar a la alfama, la verdad,pero con un recorrido más suave, es decir había menos desnivel entre calles y abrazaba la ladera de la montaña,había como detalle para que os hagáis una idea arte callejero,muchos grafitis, esculturas de arte urbano reciclado, fotografías de vecinos, vendría a ser la Mouraria, lo que Lagunillas de Málaga, con su arte, sus bares pintorescos y su galería de personaje. se supone que es la cuna de nacimiento del fado, ese lamento que envuelve toda Lisboa, puede ser, con sus señoras en bata paseando perros,mucha población,mucha pobreza , en plena efervescencia de la ciudad no cuesta pensar que nazca ahí tanto dolor con poco que halla estado apretada la cosa.

La Mouraria, desemboca en Martín Moniz,cerca de la estación de Rossio y la plaza que da nombre a la zona. Es otro de los grandes y nuevos alicientes de esta efervescente Lisboa, a parte de ser el lugar de donde parte el archifamoso tranvía 28, de noche es una zona pujante de marcha junto a teatros, plazas no tan monumentales pero muy concurridas por la gente, recordar que en Lisboa se puede beber en la calle y es normal, encontrarse los grupos de gente , con sus minis de Super Bock, charlando alegremente y disfrutando de la noche lisboeta.

Mil y un sitios de comer y beber internacional en sus cercanías y un clásico de la ciudad. Uno de los establecimientos más antiguos de Lisboa, apenas un cuartucho,muy pequeño y con solera especializado que despacha sin desfallecer vasitos de guincha el licor de guindas local. A mi literalmente, me salvó la vida, después de casi seis horas y media andando y con el frío la húmedas, fue un canto a la vida.

Imágenes propias

Día 1
Día 2
Día 2