La Tierra en su magnificencia es una cantera inagotable de riquezas y recursos. Desde el principio de los tiempos conocidos, el ser humano ha podido extraer desde lo profundo del subsuelo, grandes recursos en piedras preciosas que son testigos silenciosos del paso de las eras. Mientras el tiempo ha sido un paulatino impulsor del proceso de creación de estas piedras, el hombre ha sido el gran artífice capaz de perfeccionar con su habilidad y talento estas rocas preciosas. Un trabajo a dos manos para forjar un universo de gemas brillantes, pulidas y esplendorosas.

Creadas en lo profundo de la Tierra por grandes temperaturas capaces de derretir las rocas, las piedras preciosas siempre han cautivado a la humanidad. Históricamente su imagen ha sido asociada a la opulencia propia de las realezas. Faraones, reyes y zares han lucido las gemas más hermosas como símbolos de estatus y poder. Zafiros, esmeraldas y rubíes son gemas coloridas y de gran valor estético y monetario; Los diamantes, conocidos también como fragmentos de la eternidad, resaltan por su belleza translúcida y extraordinaria.

Pero las gemas no solo se originan dentro del subsuelo, las perlas son esferas de nácar formadas en el interior de los moluscos como las ostras, las almejas o los mejillones. Resaltan por su extraordinaria simetría y fina textura. Aunque el proceso de origen se da libremente en la naturaleza, el ser humano ha logrado controlar la producción de las perlas mediante granjas de cultivo. Durante este procedimiento se introduce un objeto extraño dentro del molusco y se reinserta nuevamente en el agua. Al cabo de un tiempo mucho más corto que el estimado durante el proceso natural, y cuidando las condiciones de temperaturas y corrientes de agua, el molusco recubre el cuerpo extraño con cristales y proteínas, dando origen así a las perlas de nácar cultivadas. Los collares de perlas han sido una referencia a la elegancia y la distinción femenina por siglos.

Existen más de 4000 minerales reconocidos en la Tierra, pero solo unos pocos pueden ser considerados como piedras preciosas. Esta distinción se encuentra condicionada por una serie de características precisas: por la escala de dureza de la piedra; por la belleza y la perfección del material; por la rareza de estas o la cantidad disponible en el mercado. Originalmente la amatista cumplía con estas tres normas, pero luego de descubrir enormes yacimientos de este mineral en Suramérica, pasó a ser considerada como una gema semipreciosa. El mercado se saturó de esta piedra, y al hacerse común, dejó de cumplir uno de los requisitos necesarios.

El hombre también ha logrado reproducir piedras preciosas sintéticas en laboratorios científicos. Imitando las condiciones propias del proceso en la naturaleza, ha logrado producir gemas con características idénticas a las naturales, aunque el valor de estas se considera mucho menor.

Hermosas por definición, escasas e imperecederas, las gemas son una creación de la Tierra y el hombre. Son capaces de contener toda la majestuosidad de la naturaleza dentro del brillo profundo e intenso que las caracteriza. Su gran mérito es seguir cautivando a la humanidad sin importar el paso del tiempo.

Amigos lectores, les pregunto: ¿qué opinan ustedes de las gemas preciosas? ¿les parecen que son una forma de expresar cariño o amor mediante un regalo? tal vez nunca les han llamado la atención realmente, pero siempre han formado parte de la cultura global y es innegable su influencia en la historia del hombre. Por la ambición de poseerlas se han llevado a cabo guerras, conflictos y negociaciones. A muchos les fascina poseerlas, a otros les parecen algo banal y superfluo. ¿Qué consideran ustedes al respecto?.