SOBRE EL DRAMA "EL OTRO" DE UNAMUNO
Amigos lectores de Steemit, publico hoy la parte final de mi trabajo sobre la otredad en la obra literaria de Miguel de Unamuno. Cierro con unas notas muy breves sobre su drama teatral El Otro. Este puede leerse aquí o descargarse también en el enlace. Saludos.
SOBRE EL DRAMA EL OTRO DE UNAMUNO
El texto dramático (teatral) de Unamuno titulado, precisamente, El Otro –escrito en el exilio en 1926 - fija de una vez por todas la complejidad y riqueza que caracteriza al tema en la obra unamuniana. La otredad se configura nuevamente en contenido y forma. Los diálogos se nos presentan desdoblados, son motivos y materia del sinsentido. La atmósfera es paradójica y agónica. Una palabra permea persistentemente el texto: el misterio, rasgo cuya relación con la otredad ha señalado Octavio Paz en El arco y la lira:
El misterio –esto es “la inaccesibilidad absoluta”– no es sino la expresión de la ‘otredad’, de este otro que se presenta como algo por definición ajeno o extraño a nosotros.
Encontramos el reiterado símbolo del espejo, cuando uno de los personajes se refiere al enajenado protagonista de la obra: “Dice que todos los hombres le parecen espejos (..)”.
Se apoya esta obra en un arquetipo universal: los dos hermanos, en este caso en un elemento bíblico: Caín y Abel, simbolización que es reforzada y ampliada en los nombres dados a los supuestos hermanos del drama: Cosme y Damián, nombres de los dos ladrones que acompañaron a Cristo en el Gólgota; como se sabe, uno de ellos fue salvado; el otro, condenado. Este recurso le permite al autor un perfecto juego de ambigüedad entre la víctima y el verdugo, el asesinato y el suicidio, la vida y la muerte, dualidades que se engarzan con el sentido del desdoblamiento, nutriéndolo y propiciando en el lector el enigma y la incertidumbre:
Caín, Caín, Caín, ¿qué hiciste de tu hermano?
(…)
El verdugo se cree la víctima; lleva dentro de sí el cadáver de la víctima, y aquí está su dolor. El castigo de Caín es sentirse Abel, y el de Abel sentirse Caín.
Cain and Abel, Keith Vaughan, 1946 Fuente
En este terreno de significados movedizos se desarrolla el aspecto central del tratamiento de la otredad en esta obra: la amenaza de la otredad, su carácter de destino y la necesidad de conjurarlo:
¡Ah terrible tortura la del nacer doble! De no ser siempre uno y el mismo.
(…)
Tener que morir con otro, con el otro, con los otros…Me mata el otro, me mata.
La tranquilidad que proporciona una misma identidad impone la muerte del otro:
Si uno no mata al otro, el otro habría matado al uno.
(…)
Le llevo dentro, muerto (…) Me está matando (…) Acabará conmigo (…); si no le mata Caín, le habría matado a Caín. Y le está matando…, me está matando Abel…
Y finalmente, otra vez, la ambigüedad y el misterio:
Yo no sé quién soy, vosotros no sabéis quiénes sois, el historiador no sabe quién es (Donde dice: “El historiador no sabe quién es”, puede decirse: “Unamuno no sabe quién es”)…
Fuente
Gracias por su lectura.
El misterio –esto es “la inaccesibilidad absoluta”– no es sino la expresión de la ‘otredad’, de este otro que se presenta como algo por definición ajeno o extraño a nosotros.
Encontramos el reiterado símbolo del espejo, cuando uno de los personajes se refiere al enajenado protagonista de la obra: “Dice que todos los hombres le parecen espejos (..)”.
Se apoya esta obra en un arquetipo universal: los dos hermanos, en este caso en un elemento bíblico: Caín y Abel, simbolización que es reforzada y ampliada en los nombres dados a los supuestos hermanos del drama: Cosme y Damián, nombres de los dos ladrones que acompañaron a Cristo en el Gólgota; como se sabe, uno de ellos fue salvado; el otro, condenado. Este recurso le permite al autor un perfecto juego de ambigüedad entre la víctima y el verdugo, el asesinato y el suicidio, la vida y la muerte, dualidades que se engarzan con el sentido del desdoblamiento, nutriéndolo y propiciando en el lector el enigma y la incertidumbre:
Caín, Caín, Caín, ¿qué hiciste de tu hermano?
(…)
El verdugo se cree la víctima; lleva dentro de sí el cadáver de la víctima, y aquí está su dolor. El castigo de Caín es sentirse Abel, y el de Abel sentirse Caín.
En este terreno de significados movedizos se desarrolla el aspecto central del tratamiento de la otredad en esta obra: la amenaza de la otredad, su carácter de destino y la necesidad de conjurarlo:
¡Ah terrible tortura la del nacer doble! De no ser siempre uno y el mismo.
(…)
Tener que morir con otro, con el otro, con los otros…Me mata el otro, me mata.
La tranquilidad que proporciona una misma identidad impone la muerte del otro:
Si uno no mata al otro, el otro habría matado al uno.
(…)
Le llevo dentro, muerto (…) Me está matando (…) Acabará conmigo (…); si no le mata Caín, le habría matado a Caín. Y le está matando…, me está matando Abel…
Y finalmente, otra vez, la ambigüedad y el misterio:
Yo no sé quién soy, vosotros no sabéis quiénes sois, el historiador no sabe quién es (Donde dice: “El historiador no sabe quién es”, puede decirse: “Unamuno no sabe quién es”)…
Gracias por su lectura.
Sumamente interesantes los extractos que trajiste sobre esa Obra de Unamuno. No la conozco, pero me ha llamado poderosamente la atención, en tus posts, la similitud del lenguaje de unamuno con el de algunos conceptos freudianos, incluso cuando los contenidos parecen diferir...
Más allá, incluso, con el tratamiento Lacaniano del sujeto y del otro.
Su presentación del sujeto es el de uno dividido, atravesado, imposibilitado de asumirse a no ser por la presencia de ese espejo que le devuelve su accionar, el otro. Tal cual como en Lacan.
Buscaré este libro, Gracias, @josemalavem.
Gracias por tu lectura atenta y tus comentarios tan apropiados, @gracielaacevedo. Creo que Unamuno, como lo dije por ahí, fue un filósofo con un pensamiento complejo y denso, que escribió obras (novelas, dramas, ensayos, poemas, crónicas) por las que ese pensamiento se vehiculaba o concretaba. En la introducción indico dos modos de acceder a la obra (es una obra breve, por cierto). Saludos.
El que madruga bebe agua clara, antes de que EL OTRO se la beba. Excelente tu trabajo, mi apreciado @josemalavem.
Gracias, querida @solperez.
Excelente análisis, lo poco o nada que leí del complicado Unamuno me dejó(cómo loca y con más preguntas que respuestas) fascinada, gracias por digerir y suavizar el tema, @josemalavem. Leeré los otros.
Gracias por tu atención y el comentario de tu experiencia lectora de Unamuno. Un gusto saber de ti nuevamente, @audiarmis. Espero que estés bien. Un abrazo.
No se podía esperar otra cosa de ti: cerraste de manera magistral y como siempre interesante tu trabajo de la otredad en Unamuno, @josemalaven. Te felicito. Atenta a tus próximos posts. Un abrazo fuerte
Mi gratitud por tu lectura valorativa, @nancybriti. Mi abrazo para ti.
Profe, ¿la otredad es como un ejercicio en que entendemos a la humanidad como una serie de espejos en los que nos vemos continuamente?
Hola, @marghy. Lo que se denomina 'otredad', como puntualizo en el primer post de este ciclo (https://steemit.com/cervantes/@josemalavem/para-leer-la-otredad-en-unamuno), filosóficamente, se define como "la cualidad de ser otro". Ahí (y en el segundo post) puedes encontrar más elementos para acercarte a este complejo tema. Saludos.
Excelentes trabajos, @josemalavem. Y este cierre fue muy acertado. Te felicito.
Gracias por leerlos, @alidamaria.
Escribiste cual ninguno
Esa es la pura verdad
Termina, pues, la otredad
tratada por Unamuno.
Te aplaudo como un tribuno
Por haber llegado al fin,
cual riguroso violín,
acariciando el papel.
Lamento, pues, lo de Abel
hecho muerto por Caín.
Agradecido por tu comentario especial, @acostacazorla.
¡Excelente! Gracias por tan interesantes trabajos, mi querido @josemalavem.
Agradecido más bien yo por contar con tu atención, querida @aurodivys.
@josemalavem, me complazco en tu publicación y te manifiesto mi gratitud por descubrir con tus letras, de tan brillante manera, la máscara con la que jugamos en este concurso dual de complementos y contrarios.
Enhorabuena. Recibe un abrazo fraterno de la otredad que te lee.
Agradecido por tu comentario, @oacevedo, siempre tan afable, lúcido y fraternal. Un abrazo también para ti.
Admirable trabajo profesor! Ahora sé (de verdad) que no sé nada.
Gracias por tu lectura, @danapalooza. Sé que estos posts son un poco exigentes, y quizás requieran ciertas lecturas previas, pero igual se puede producir un acercamiento a lo esencial de ellos. Y la mejor condición, como dice el poeta Cadenas, es la "ignorancia radical".