Hipocresía y Xenofobia: la migración venezolana.

in #cervantes5 years ago (edited)

La migración venezolana es un fenómeno demográfico con una magnitud sin precedentes en la región

Venezuela era un país de inmigrantes. Personas de todo el mundo venían a establecerse en una tierra de gracia favorecida geográfica y económicamente. Europeos que habían vivido los estragos de la guerra, suramericanos que huían de regímenes crueles y la violencia armada, africanos y asiáticos en busca de prosperidad, nórdicos atraídos por el clima; todos ellos llegaron a Venezuela durante el siglo XX y encontraron un hogar lejos del hogar. Pero el venezolano no emigraba. Salía del país, sí, como turista, iba y venía, pero eran muy pocos los que se establecían en otro país ¿por qué abandonar el paraíso en que habían nacido, ese que tantos otros perseguían? Así era. Así fue. Pretérito perfecto simple.

La situación económica, social y política de los últimos años ha traído como consecuencia que hayamos pasado de recibir inmigrantes a tener que abandonar la cuna en busca de otros horizontes. El venezolano, sedentario por tradición, arraigado a su país, sus costumbres y su tierra, ha tenido que abandonar el nido en busca de nuevas oportunidades. Millones han salido por cada resquicio de frontera en un fenómeno demográfico con una magnitud sin precedentes en la región y una migración forzada masiva equiparable a la de las naciones europeas durante la segunda guerra mundial, que se ha convertido en un "problema" para otros países de la región. Y es que, aunque muchas naciones han sido receptivas con esta migración y sus autoridades y población han dado una mano a los ciudadanos venezolanos que llegan a sus fronteras, también se han presentado casos y políticas que rechazan abiertamente la llegada de miles y miles que se han establecido en Chile, Perú, Colombia, Panamá y otros destinos cercanos. Ante esto he oído decir, más de lo que quisiera, frases como esta:

"A nosotros no nos quieren allá"
"A los venezolanos los explotan en ..."
"En ... son muy ofensivos contra los venezolanos"

Y esta que es la que más incomodidad me causa y la que ha originado este post debido a su falsedad y cinismo:

"Ellos sí vinieron a Venezuela hace tiempo y no les dijimos nada, Y ahora nos dan la espalda"

El resaltado es mío. Es cierto que muchos suramericanos se establecieron en Venezuela cuando sus países enfrentaban procesos políticos, económicos y sociales difíciles, pero ese no les dijimos nada es una declaración que no puede hacerse ni tomarse a la ligera. ¿Somos las víctimas de un rechazo gratuito? ¿no tenemos culpa de nada? ¿de verdad somos tan cínicos? Un momento. Debo aclarar que no busco justificar esa actitud. La xenofobia es condenable donde quiera que se presente. Sólo quiero aclarar dos cosas: la primera es que aunque el rechazo o la fría recepción a los extranjeros es condenable, también es entendible hasta cierto punto. Y la segunda es que esa auto proclamada receptividad histórica está viciada la memoria.

Se debe abogar por la integración, más allá de las fronteras

Quizás los más jóvenes no lo sepan y sin duda no lo recuerdan, pero en los años sesenta y setenta se popularizó en Venezuela un tipo de estafa perpetrada a la hora de pagar por una compra que se conoció como "el paquete chileno"; en esos años, los ecuatorianos y los peruanos eran vistos por los venezolanos por encima del hombro porque los dueños de casa se sentían superiores, con su bonanza petrolera, económica, sus viajes a Miami y demás; incluso los italianos, portugueses y demás europeos a los que en Venezuela se les dice musiú, eran víctimas de burlas a causa de sus acentos, su fisonomía o ese afán de trabajar mucho. Pero ningún gentilicio sufrió más incomodidad, rechazo y ofensas que los colombianos. Para sus "hermanos y vecinos", los colombianos eran "narcotraficantes y ladrones" y las colombianas eran "prostitutas que venían a quitarnos a nuestros hombres" (he usado sinónimos porque las frases literales eran aún más ofensivas). He conocido extranjeros toda mi vida, la mayoría llegados en esa época y lo que comento es el testimonio de todos ellos, muchos cercanos a mí. A un matrimonio colombiano, trabajadores ambos, que llegó a Venezuela con dos hijos pequeños, no les quisieron alquilar residencia, sólo por el hecho de ser colombianos ¿no es esa la misma xenofobia que condenamos actualmente dirigida a nosotros?

Un caso de la vida real: un joven colombiano, con treinta años y un oficio, llegó a Venezuela en los años setenta. Consiguió trabajo en un taller de un italiano en el que había otros extranjeros trabajando (nótese que la oportunidad se la brindó un inmigrante y no un nacional) y comenzó a trabajar honradamente, de lunes a sábado, desde temprano en la mañana hasta entrada la noche, durmiendo en el mismo taller los primeros meses mientras lograba alquilar una habitación en algún lado (lo que era difícil) porque tenía un sueño, el cual finalmente consiguió al cabo de un año. Amante de los automóviles, quiso y logró comprarse un automóvil, pagando de contado (¿crédito a un colombiano recién llegado? jamás). ¿En tan sólo un año? sí, eran otros tiempos y hubo mucho sacrificio, pero lo logró. Era como para alegrarse por él. Pero un vecino del taller no se congració con el éxito de este "narcotraficante recién llegado" y denunció a la guardia nacional que en ese taller trabajaban extranjeros en condición de ilegales, lo cual no era cierto. Prepotentes y ofensivos, los oficiales llegaron al taller pero la documentación de los extranjeros estaba en regla y el asunto no pasó a mayores. Lo que quiero destacar es al vecino, envidioso y xenofóbico, que teniendo las mismas (y hasta más) oportunidades que esos "ladrones y rateros" del país vecino, optó por la infamia y la crueldad.

No somos ningunas blancas palomas, víctimas indefensas de una xenofobia cruel. Somo inmigrantes y nos está ocurriendo ahora lo mismo que le ha ocurrido a todos los inmigrantes. Cuando centenares de miles de personas llegan a un país, trastocan el panorama y la vida de ese lugar. Los precios suben, conseguir trabajo es más difícil, muchos inmigrantes por falta de documentación, o en espera de ella, trabajan en la economía informal, la sobrepoblación en las capitales se acentúa y hay que decirlo, la delincuencia aumenta, en parte debido a la necesidad... todas estas cosas son difíciles de controlar en el corto plazo y traen consecuencias sociales, psicológicas, económicas y políticas para los dueños de casa, sin importar si están a favor o en contra de esa migración. Esto hay que entenderlo. Los controles migratorios son necesarios. No son trabas, no se hacen en nuestra contra. Al contrario, son mecanismos que se establecen para otorgarnos legalidad e igualdad de condiciones (al menos en el papel) en otros países y para nuestra propia protección.

Por otro lado, denunciamos atropellos que nosotros mismos cometimos hace algún tiempo y nos victimizamos olvidando que fuimos victimarios. Quizás no usted que lee esto, ni yo, pero sí nuestros paisanos. De nuevo, esto no justifica la xenofobia contra los venezolanos en otros países, pero debemos ser objetivos. Antes que venezolanos y antes que inmigrantes, somos personas. Y las personas pueden ser buenas, malas, honradas, tracaleras, trabajadoras, perezosas, delincuentes, empresarios, sin importar su país de procedencia. La nacionalidad no debe ser ni una mancha ni un salvoconducto. Ser venezolano no debe ser un defecto, ni los demás países están obligados a ayudarnos sólo porque nacimos cerca del Salto Ángel o en la tierra de las misses.

¿Qué pedimos? una oportunidad ¿qué debemos ofrecer? primero, una disculpa por las vejaciones pasadas y luego poner a disposición de quien nos reciba: buena voluntad, respeto y sobre todo humildad. Sin dejar de amar la tierra que se deja, se puede llegar a amar también la que nos recibe. Thomas Paine decía "Mi patria es el mundo y hacer el bien es mi religión". Siendo ciudadanos del mundo, todos somos paisanos y en cada sitio recibiremos a quien llegue y seremos recibidos por ellos como si estuviésemos en casa ¿no es mejor ser ciudadanos del mundo que clasificarnos con etiquetas geográficas? entonces comencemos por ofrecer y no por exigir. Elevados valores y un comportamiento ejemplar en casa y fuera de ella, no tanto para dejar en alto el nombre de Venezuela, sino para hacer de este mundo un lugar mejor, desde cualquier rincón que se habite.

Reseñado por @cristiancaicedo



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Estupendo articulo. Lastima que en nuestra sociedad no se aborda esta clase de temas o sucesos pasados con una mirada critica para mejorar, sino mas bien preferimos olvidar o vivir el momento (dentro de la población joven no se tiene conciencia sobre los hechos pasados), tal vez para no romper con una supuesta armonía entre todos. En lo particular he ido aprendiendo sobre la historia mi país a lo trancasos. Un abrazo.

No sé si sea algo generacional, pero conozco el caso de muchos (me incluyo) que en la juventud conocen poco o nada de la historia de su país, su ciudad, de su familia incluso, y van aprendiendo como dijiste "a los trancazos". Gracias por tomarte el tiempo de leerme y comentar. Saludos.

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final de post.png¡¡¡Felicidades!!!

al cesar lo que es del cesar y a Dios lo que es de Dios, son muy acertados estos comentarios de tu parte, los comparto ciento por ciento, yo agregaría que esto que nos esta pasando sirva como materia de reflexión acerca de lo que somos como nación y que logremos aprender de esta situación, de lo contrario estamos condenados a seguir viviendo nuestra pesadilla

Esa es la idea: reflexionar y aprender. Pero primero debe haber un reconocimiento; y es precisamente eso lo que busco con esta publicación. Saludos y gracias por leerme.

Como siempre, impecable e interesante análisis que nos pone a reflexionar sobre conductas pasadas previas a nuestra generación pero que al igual nos salpica porque somos venezolanos. la xenofobia es condenable venga de donde venga y si hay que pedir disculpas en nombre de otros, yo, como venezolana las pido pues, leyéndote entra uno en cuenta de la realidad que muchos pretenden tapar por el simple hecho de estar ahora al otro lado de la cerca. Gracias por traernos este estupendo escrito reflexivo e ilustrativo respecto a una situación que nos aqueja y acongoja pues, la situación actual ha obligado a la separación de tantas familias que hoy sufren por la distancia obligada y necesaria. Siempre asertivo, con redacción sin falta alguna, de verdad felicito, cada día que pasa corroboro que eres una de las mejores plumas de la plataforma y una de mis favoritas. Te abrazo con cariño, @cristiancaicedo..

Muchísimas gracias por esa valoración y ese amable comentario. Pienso que para poder ser objetivos debemos ver la mayoría de las perspectivas que rodeen una situación determinada; y que para exigir, debemos ofrecer. Me alegra en principio corroborar que las personas que comentan y leen la publicación han entendido el mensaje y en segundo lugar me alegra aún más hallar opiniones afines a la mía en este tema tan sensible. Saludos cordiales.

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