Mensaje Diario de 5 minutos - día 11 de octubre de 2019

Para muchas personas es fácil camuflar su esencia y pasar por alguien totalmente diferente. Más de uno se ha acostumbrado a crearse una imagen falsa, generalmente con la imitación de algún prototipo, y ahora que los teléfonos traen aplicaciones para adulterar las imágenes, hasta la corporal es posible.

Inés había aprendido a fuerza de domesticar su ímpetu a ofrecer un semblante sereno, una apariencia muy apacible, comedida y muy cuidadosa en el hablar. Así la había conocido Ricardo, su novio, por eso fue el primer sorprendido el día que ocurrió el incidente. Se había ido la luz y para matar el tiempo, se habían reunido a jugar: stop, el ahorcado, entre otros. Esa tarde un niño sacó un juego para desarrollar lenguaje, con tarjetas e imágenes para adivinar. Inés estaba muy divertida acertando o perdiendo igual que todos, pero de pronto a alguien se le ocurrió que sería más entretenido si se apostara dinero así se le daría al juego más interés.

Se dio la letra de inicio de la palabra y un descuido del niño permitió que ella viera de reojo la imagen y de una vez gritó “Fegui”; era el dibujo de un ferri, por lo que inmediatamente las risas no se hicieron esperar; ella no pronunciaba la “erre” y hábilmente sustituía por sinónimos las palabras, que tenían ese fonema, para no tener que pronunciarlo, algo que solo la familia cercana conocía; en lo que se sintió ridiculizada, Inés soltó una larga lista de improperios e insultos y se fue del sitio, luego de tirar la puerta, lo que dejó a más de uno con la boca abierta.