No existe un día en especial para hablar de la mujer, pues todos parecen serlo, y es que su presencia se siente no solo a nivel social, sino en lo biológico, pues le han sido brindadas funciones fisiológicas que, el sexo masculino, aún con el mayor de los avances tecnológicos no ha podido copiar, pues incluso, sería retar a la misma evolución biológica. A la mujer, o a la hembra, tal como le decimos en el Reino Animal, les han sido delegadas responsabilidades tan importantes que ayudan a mantener la existencia, aun cuando estas puedan quitarles vitalidad y las conduzcan a la senescencia.

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La mujer es Ciencia, la mujer es vida

¡Bendita evolución que nos hiciste diferentes! Y ¿Quién puede negarlo? Pues hasta las mitocondrias tienen origen materno y han sido claves para establecer la cuna de la humanidad, África, la región protagonista del origen humano, negros de piel, mitocondrias maternas, anagénesis presente, y aún seguimos en un racismo que no conoce fronteras.

Se nos otorgó, lo que en palabras de Dawkins con su hipótesis del gen egoísta sería, ser una máquina para dar vida, y sin embargo, también somos protagonistas en sus cuidados, hasta su vida productiva/fértil o más. Y aunque es bastante difícil, ser madre y científica, nuestras capacidades y aptitudes, nos han llevado a equilibrar y cumplir efectivamente ambas responsabilidades.

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El amamantar es una de nuestras mamiferas capacidades, y aunque existen autores que respaldan el hecho de que en tiempos anteriores el macho también podían hacerlo, por selección natural, solo las féminas mantenemos esa capacidad, con un cuerpo perfectamente preparado para ello.

Un papel pasivo en la selección sexual, nos hace evaluar las capacidades masculinas, para tener una descendencia sana y efectiva. Es el macho, quien en base a sus capacidades debe esforzarse por cortejar y demostrar que mantiene los rigores de excelencia; sin embargo, esta situación fue transformada a lo largo de la evolución cultural, donde la hembra consolida uniones con un macho, por otras cuestiones, leyes o arreglos, que nada tienen que ver con las capacidades genéticas.

El cerebro femenino obviamente es diferente al masculino, más no en disminución de sus capacidades como incluso lo creía Charles Darwin. Un cráneo más pequeño, un cerebro más plegado y montones de neuronas que nos ayudan a distinguir matices, evaluar empatía, hablar hasta el cansancio, pensar creativo, utilizar la lógica y ser multitasking, esto entre otras funciones importantes que no terminaríamos de describir en una publicación.

Nuestro umbral del dolor, es sumamente alto. El precio que pagamos por evolucionar ha sido agudo, pues nuestro canal del parto cambió con el bipedalismo. Esto nos hace tener partos dolorosos a diferencia de las demás especies, y aun así, trabajamos hasta casi la fecha de parto. Menstruar cada mes tampoco es un elemento que el otro sexo pueda aguantar, pues no sólo es expulsión de tejidos uterinos, sino cambios hormonales que, incluso cambian nuestra dinámica cerebral.

La mujer ha sido también protagonista en el quehacer científico

Nombrar algunas de las más reconocidas en el saber racional positivista, sería ocultar a las que no conozco aún, y caeríamos en lo mismo. No hace falta nombrarlas, todos la conocen, las vemos en los laboratorios, hospitales, universidades, escuelas, en el taxi y hasta en nuestros hogares; pues la visión cerrada de la ciencia hasta nos ha hecho creer que, esta solo se construye en los laboratorios. ¿Cuántas pócimas químicas han creado nuestras madres para calmar un dolor? ¿Es eso ciencia?

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Ha llevado al hombre a la luna, descubierto elementos químicos radiactivos, nos ha hablado sobre los orígenes de la vida, ha sido artista, escritora de libros científicos, ganadora de premios nobel, calculan con detalle la fotografía de un agujero negro, son físicas, biólogas, Ingenieras, han salvado vidas y lo seguirán haciendo.

Sembrar un mundo consciente

Podemos apostar a su lado sentimental y su sentido de pertenencia para sembrar una humanidad distinta, repleta de valores sociales, morales y ecológicos. Su papel de madre se acentúa, la protección es una de sus mejores cualidades, y no en vano se le observa como líder ambientalista. Su papel de madre, es determinante en esa sinergia con la Tierra, quien también parece haber estado embarazada, hace 4600 millones de años, cuando la vida aún no existía.

Soy mujer en Ciencias

Desde adolescente me enamoré del método científico y a eso me dediqué; he conocido la investigación exacta y social, y amo los dos métodos. Más que este ser un escrito radical hacia la feminidad, quisiera fuese un incentivo para cada mujer que lo leerá. En una sociedad escrita por hombres, no podíamos ser las protagonistas, pues entre los elementos que crecieron con la evolución cultural, está el de la competencia laboral y académica.

Nuestro papel ha sido determinante, y lo sabemos, por eso no necesitamos escucharlo, ni sentirnos disminuidas.

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