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Paula se siente frustrada. David, su esposo desde hace 10 años siempre se olvida de las fechas mas importantes para ella, desde el aniversario de su boda hasta el día de su cumpleaños. El siempre le pide disculpas dos o tres días después, y le entrega un regalo…que a ella ya no le “sabe” igual.
María también vive frustrada, pero con su asistente en e trabajo. Cada vez que hace una propuesta, Julia que es su mano derecha, le dice que es muy buena. Dos o tres días después, Julia corre donde María, llena de dudas, y mostrándole posibles problemas con la propuesta. Cuando María exasperada, le pregunta por qué no se le señaló antes, Julia se alza de hombros y le dice con una sonrisa apenada: “Es que no se me ocurrió en esos momentos…”.
Elena por su parte, no se no se atreve a pensar en una posibilidad que cada vez se le hace mas real: su madre. Eylín, le hace sabotaje a su dieta. “Cada vez que logro bajar unos kilos, mamá comienza a preparar los platos que me gustan y a comprar postres exquisitos”, dice. “Cuando me quejo de que engordé, es la primera en decirme que debo tener disciplina y fuerza de voluntad”.

Tres casos típicos de agresión pasiva, un desorden de la personalidad que deja a las victimas totalmente frustradas, confundidas y sin saber como lidiar con esa situación.

Agresores indirectos

El termino se estableció durante la segunda guerra mundial por el ejercito de USA, quienes observaron que aunque los soldados aceptaban las ordenes que se les daban sin protestar, algunos lograban escapar de las tareas mas desagradables o difíciles, adoptando ciertos comportamientos sutiles e indirectos, como la tardanza, la ineficiencia, entre otros.
El o ella no enfrentan a la otra persona, ni la combate de frente. Su estrategia es aceptar, ceder… y, cuando estalla la crisis, suele ser la primera en decir “lo siento”, o en actuar “genuinamente” sorprendida. En el caso de Paula, por ejemplo, David su esposo, es incapaz de decirle que el resiste la mala relación que ella tiene con la hija que el tuvo en una relación anterior. Su forma de mostrarle su ira y su frustración con este problema es castigarla “olvidando” las fechas importantes para Paula. María, la jefa de Julia, no sabe que su asistente resiente todas las veces que ella se burla de sus ideas o las desecha sin siquiera tomarlas en cuenta. Pero Julia se las cobra mas tarde, hallándoles fallas a las propuestas de su jefa… cuando ya es muy tarde para remediarlas. Lo mismo ocurre en el caso de Elena y su madre, donde la señora actúa de una manera muy sutil e indirecta… pero eficaz.

El problema parte de la base de que cuando un comportamiento negativo es directo, podemos responder a el de una manera apropiada: enfrentando a la persona, buscando una solución a través del dialogo o el razonamiento. Todo lo contrario de las personas que agreden de forma pasiva ya que ellos no muestran sus verdaderos sentimientos ni intensiones. Se escudan detrás de un “me olvide”, “lo hice por tu bien”, “cometí un error”, entre otras excusas. Es por eso que sus victimas acaban sintiéndose frustradas, confundidas, y muy a menudo, culpables.

Aprende a neutralizarlos

• No te sientas culpable ante las manipulaciones del agresor pasivo.
• No caigas en sus juegos tóxicos.
• Limítate a hablar del presente.
• Fomenta la confianza y comunicación honesta.

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