Saludos, @irvinc, gracias por tu analítica lectura y por tu comentario. Cierto, el rasgo que apuntas es un indicador, una manera de diferenciar las funciones de los dioses de acuerdo a la conformación (hierofanía, como se le llama en la teoría) de la estructura religiosa.
Una de las posibilidades es que existan dioses lejanos, dioses odiosos, a los que nadie recurre porque las funciones pragmáticas de la religión están cubiertas por otros dioses, generalmente de menor jerarquía que el dios lejano, a los que la gente recurre para solventar su vida.
En el caso de la hierofanía católica, aparecen los santos,que cubren en gran medida esas funciones. Como sabrás parece que hay un santo para cada petición, al que se acude, como a un especialista; SanJudas, por ejemplo; parte de esa función también la cubren los muertos de las familias o las ánimas.
A pesar de eso, el Dios católico es un Dios cercano al que se acude frecuentemente, como tu bien apuntas. Para los venezolanos, la relación con Dios, los santos y animas adquiere las características de la familiaridad. ¿Qué dice eso de nosotros como pueblo? yo creo que habla de autoestima... será por eso que soy optimista.