No son dos, tres, cuatro o cinco tonterías que demasiado a menudo dicen algunos entrevistados por televisión. Son muchas más esas ocasiones. Ello, indistintamente de las calificaciones profesionales de esa gente (la cual goza la oportunidad que ofrecen empresas de televisión púbicas y privadas, de ser entrevistadas formalmente por periodistas). Artistas de la escena (cantantes, bailarines, gente de teatro, etc.), políticos con cargos gubernamentales o sin éstos, en fin, suelen militar en unas estupideces tan enormes como la venezolana catarata Churún Merú (Salto Ángel), o como los edificios de Dubái.

"¡Cuéntanos por favor ante estas cámaras alguna anécdota sobre tu vida, la cual pueda resultarnos interesante e ilustrativa a todos!". Solicitudes como ésta es ya una sostenida costumbre de los periodistas a los cándidos entrevistados; costumbre que resulta algo así como esos horribles conteos regresivos que se hacen en los paredones de fusilamiento, antes de la pautada acción sangrienta. El pobre entrevistado, luego de superar "la sorpresa", suele turbarse un tanto. Luego dice... "Bueno a mi me han sucedido muchas anécdotas en mi vida profesional, pero hay una muy curiosa. Me voy a referir a ésa".

Así como el aprendiz de pianista debe estar harto alejado del padecimiento de enfermedades de la mano (como osteoartritis, tendinitis o síndrome del túnel carpiano), el usuario de una cultura media en materia de lógica, debe estar -igualmente- alejado de la confusión entre las nociones de realidad objetiva (concreción) y pensamiento-lenguaje (abstracción). Es que lo real no siempre es llevado a lo pensado-significado. Lo concreto (que es lo que ocurre en la realidad objetiva) no siempre es reproducido verazmente en el pensamiento-lenguaje. Es más, demasiado a menudo hay brechas entre una dimensión y otra... Demasiado a menudo una y otra instancia van por caminos distintos. Es lo que, en filosofía del conocimiento (gnoseología), denominamos: Ideología.

Por lo dicho, ¡las anécdotas se cuentan, se narran; jamás se viven! Se viven las experiencias que en ocasiones se pueden llevar al terreno de las anécdotas (dados los sentidos de curiosidad que encarnan aquéllas).

Esta es una respuesta que una y otra vez ofrecen con el ceño fruncido, estos deslucidos entrevistados, creyendo que con esas fofas y cretinas palabras están "tomando por asalto el cielo".

Por cierto, no fue un filósofo ni un científico el que hace poco en un programa de entrevistas por la televisión internacional, dijo ante una pregunta de este cuño, lo siguiente: Bueno... tengo que decirte que a cada rato me arrepiento de los errores grandes y pequeños que cometo también a cada rato. Probablemente este cantante venezolano (nacido en 1943, de excelente calidad interpretativa y con apodo de felino canadiense y suramericano) jamás estudió de manera formal el tema de la hermenéutica, pero, ¡cuán bien menejó el asunto! Como sabemos, hermenéutica es un método de pensamiento (de factura aristotélica) el cual plantea, entre mil asuntos, que para analizar alguna situación de la realidad o algún contenido pensamental y lingüístico, se hace estrictamente necesario tomar el pulso a la manera cómo se presentan en el presente, al tiempo en el cual -asimismo- se hace estrictamente necesario tomar el pulso a la manera cómo se presentaron esas cuestiones en el pasado.

Pudiéramos seguir en el tema, con más casos usuales, pero... vamos a dejar el temita hasta aquí (no vaya a ser que se nos contagie tan aciaga onda).