Novela: La noche transparente. Cap.11

in #busy6 years ago


Jesús Soto, "Vibration inférieure. Serie Madrid". 1990

Me había dado cuenta de lo cansado que estaba, justo en el momento en que traté de ponerme de pie y el cuerpo simplemente, no respondió. Entre todo, creo que no había dormido en más de cuatro días. Sí, todo se estaba poniendo confuso, un ambiente ideal para enloquecer. Como pude me paré y busqué una botella de vino catalán que deseaba abrir desde hace tiempo, mandé a la señora de servicio a su casa y puse el disco negro de Metallica.

Estuve bebiendo y decidiendo qué iba a hacer, por dónde iba a comenzar. Pensar era trabajoso, se formó un mosaico en mi cabeza. Era hora de aislarme. Así que decidí desconectarme del mundo, apagué el celular, desconecté el teléfono y apagué las luces que no necesitaba y aquello que iba a estar iluminado no podría dar ninguna señal al exterior de que alguien estaba allí.

Después de casi una hora y de haber escuchado el disco, fui a mi biblioteca y busqué algunos incunables que tenía, comencé a leer ese añejo latín en hojas que debía tomar con sumo cuidado y después de un rato, salí a fumar y noté una semejanza entre los árboles y la niebla y la manera en cómo la luz se desvanece. Fui a buscar una cámara y tomé un par de fotos, que la verdad se veía bien aunque siempre es mejor apreciar estos espectáculos en vivo. Pero no tenía una idea para comenzar a trabajar. No me gusta empezar sin tener nada. Es una estupidez. Me olvidé de estos pensamientos y comencé a concentrarme, esta vez caminando dentro de mi casa y viendo las pinturas, los muebles, todo como tratando de recordar algo, como si hubiera algo que estaba por allí y encontrarlo daría sentido a todo pero no forcé las cosas.

Tranquilamente pensaba en las cosas y me di cuenta de que estaba descubriendo algo aunque no entendía qué era exactamente. En vez de irme directo al estudio y comenzar a improvisar lo que tenía en la cabeza, continué y no podía pensar en nada más que en el infierno. Así que comenzado mis planes de pintar un cuadro, terminé concibiendo un largo poema narrativo, a estilo de la Divina comedia. Estaba claro en la situación: cansado, tanto física como mentalmente, pero con algo claro en la cabeza, me encerré, no sin antes buscar unos discos con sesiones de Jazz de un festival de Nueva Orleáns, 1965. Puse uno de los discos y una trompeta se escurría como un hilo de agua que cae de un punto alto, así que se me ocurrió la idea de gotear sobre un lienzo 4,20 X 3,40 que tenía en el piso desde hace tiempo y sin saber qué hacer con él. Me llamó la atención el hecho de que ni me di cuenta el color de la pintura que tomé, por las notas de la trompeta, preferí un color oscuro y con la punta del pincel comencé a gotear.

Luego, usé algo más grande, para hacer las gotas más continuas y después cambié de color y tomé una lata roja que esparcí, formando pequeños charcos que caían con calculada accidentalidad y después algo de negro, marrón, y otros tonos de amarillo otros tonos menos volátiles, distintos espesores, distintas líneas, trazos inseguros, meandros de pintura que no llevan a ninguna desembocadura, sino a unos lagos o cursos más ampliados y cuando comenzó a amanecer me pude dar cuenta que la pintura parecía como una escena de crimen: como si hubieran caído cuatro abaleados, que antes habían tenido sexo salvaje en el mismo lugar, y quien disparó, también estaba allí muerto, ya que se voló la cabeza, luego de matar a todos. Me gustó lo que hice, así que le tomé unas fotos y las subí en el facebook, donde luego las mandé a gente conectada con las galerías y exposiciones. Más tarde, habría resultados, ahora era tiempo de dormir. Me fui a bañar (nada como un baño de agua caliente, un buen disco de Gospel, acompañado de buen coñac) y salí como a la media hora, como estaba más dormido que despierto, me tranquilizó saber que allí me pude relajar. Me acosté en mi cama, busqué un pijama, que me puse sin saber el porqué de tal antojo. Sentí que mi mente se desvanecía y ya no habían colores y hasta la conciencia parecía callarse y entonces veía una imagen difusa, como de foto antigua, donde veía a alguien que reconocía, pero no sabía quién pero preferí ignorar tales pensamientos a fin de quedarme dormido y cuando me había desentendido de aquello.

Sentí que la temperatura de mi cuerpo disminuyó un poco, mis pulsaciones bajaron también, mi tensión cedió irremediablemente. Mis músculos se relajaron y hasta hallé el lugar de la cama donde el cuerpo se acomoda para desaparecer definitivamente del plano terrestre y comenzar a navegar en el cosmos del subconsciente. Llegaron a mi cama unas extrañas gárgolas, como las que están en la catedral de Chartres (aunque vi unas idénticas en Brujas) que trataron de llevarme, con todo y cama, fuera de la habitación, y de pronto volando, mi cama quedó emplazada en una playa que reconocí de inmediato: se trataba de la playa Omaha y todo estaba algo clareado por el amanecer y habían soldados muertos y veía los destellos de las bombas y no veía los soldados, pero el lado de tierra firme y a lo lejos distinguía a mis familiares alemanes disparando y también pude apreciar a los estadounidenses muriendo, pero esta vez todo era distinto, porque los alemanes comenzaron a avanzar sobre la playa y llegaron más refuerzos suyos y mataban a cuanto soldado llegara y después un barco en el horizonte se hundía y muchos soldados saliendo vencidos rindiéndose y tanques alemanes exterminaban las esperanzas aliadas de vencer en una guerra que no tuvo vencedores.

Había dado media vuelta, y tan oscuro que estaba todo, me di cuenta que era de noche y sentía que todo oscilaba de arriba abajo y abajo arriba, algo que me hizo recordar la marea y el olor a salitre se hizo presente, aunque todo era tan cálido que hasta uno podía dormirse sin ningún reparo y así me quedé: tranquilo en medio de una apacible noche de tenue oscuridad. Logré dormir. Eran las 4:16 de la tarde. Me di un baño que fue algo rápido, seguí en piyamas. Fui al estudio y al ver la pintura me di cuenta de que aquello había tomado la forma exacta que había pensado. No reconocí nada en aquel lienzo, salí de aquella habitación, rumbo a mi oficina, a fin de realizar algunas llamadas y resolver algunos asuntos, antes de que todos fueran a casa.

Hablé con el banco, pagué todo lo que debía pagar, hice un par de contactos, hablé casi una hora con mi agente, quien se manifestó molesta por mis cada vez más frecuentes desapariciones y lo peor es que ella no ve primero lo que hago sino que se entera por terceros y ella tuvo la habilidad para organizar entonces una venta con lo que había pintado y entonces llamé al dealer quien me traería las especias que necesitaba ya que estaba escaso y los mails de la noche anterior surtieron efecto ya que todo el mundo quería la pintura y les respondí que hablaran con mi agente y después que terminé de hacer todo y atender par de llamadas imprevistas vi que había recibido un par de mensajes, Patricia estaba llamando y no quise contestar. Marú también me llamó, y deseaba que no lo hiciera Karen y como sabía que no iba a ver a Julia en un tiempo, ni me preocupé por ella. Me di cuenta del hambre que tenía, así que fui directo a la cocina, donde devoré algunas cosas buenas dejadas por la señora del servicio.

Saciado y con una copa de merlot, regresé a mi oficina con la esperanza de finiquitar todo, llamaría a Claudio a ver qué vaina se podía hacer. Justo después de hablar con él, recibí una llamada de Patricia (más bien fue un mensaje) que decía que estaba obstinada, que por qué no contesto (como si fuera su problema) que quería saber de mi (¿por qué y para qué?) y en fin luego de sus tonterías, me dijo que me invitaba a una fiesta, con unos amigos y una chica que se llamaba Rachel, a quien había conocido y resultó ser una gran perra. Pensé en los pros y cons y tomé la decisión de ir. Me puse unos Levi´s, una franela Kenneth & Cole y una botas Skechers. Tomé las llaves del Mercedes y me fui tranquilamente. Dejé mi celular. Dejé casi todo. No la cédula, los papeles del carro, efectivo y par de tarjetas de crédito. Es todo lo que necesita un guerrero. Ah, no me olvidé de mi vieja Gertrude (una poderosa y elegante Walter PPK 7,65 mm) Salí y eran ya casi las ocho de la noche.

Siempre uno supone que todo va bien, no podía precisarlo, me provocó dar la vuelta y regresar a casa, pero no lo hice, creo que prefería ver el mal y la locura. Salí a buscar problemas y los hallaría pronto, lo que no sabía era dónde y con quien. Estaba pendiente de que ningún carro me siguiera (roban así: te siguen y en el semáforo te asaltan y te llevan con carro y todo, luego es según los delincuentes: o te asaltan y te violan y te dejan por allí, vivo o muerto o te secuestran o a veces mezclan todo, según dicte la cantidad de piedra en el cerebro y los consejos de los demonios) y seguí recorriendo veinte minutos más a través de la ciudad, hasta llegar al destino, en ese momento recordé algo que me dijo Karen sobre Patricia, aquello que se había tratado de suicidar.

Sort:  


¡Felicitaciones tu publicación ha sido seleccionada para recibir el Upvote y Resteem del Proyecto de Curación @Codebyte!

comments.png

Si deseas apoyarnos y saber mas sobre este proyecto puedes seguirlo y estar atento a sus publicaciones. Ingresando aquí podrás ver el reporte en donde tu publicación ha sido destacada.

Hi ★★★ Resteem your post for free ★★★ Make the post more

popular and find the new followers + 10 upvote ★★★ Send minimum

SBD or STEEM to @cloudymoon , URL in the memo ★ Service Active

Coin Marketplace

STEEM 0.16
TRX 0.13
JST 0.027
BTC 58167.06
ETH 2592.42
USDT 1.00
SBD 2.44