Hola amiga @dexsyluz, a veces uno piensa que solo a ciertas mujeres les pasan este tipo de cosas y pues creo que es algo más común de lo que parece, creo que el mayor problema radica en que no sabemos identificar cuando se están traspasando nuestros límites. Por ejemplo escuchamos o vemos algo y nos sentimos incómodas, o asustadas, nerviosas y solo callamos.

Creo que desde que estaba en la escuela recuerdo que los niños, hablo de niños de 12 años, ya empiezan a decir cosas, y este es un juego que continúan hasta entrada la adolescencia y la adultez. En mi caso cuando era casi una niña, y me decían cosas no sabia como reaccionar, solo lo ignoraba, creo que ni siquiera comprendía bien de que iban este tipo de juegos de palabras sexuales, recuerdo que cuando iba a la bodega evitaba pasar por ciertos sitios.

Incluso usar cierta ropa hace que esto suceda... y sabemos que eso esta mal.

Fue cuando supe que sentirse incómoda o indignada es una señal de alerta, cuando reconocí que sí, que debía defenderme, y no solo es defenderse, sino evitar ciertas situaciones que conllevan a comportamientos indeseables.

Creo que sí, que uno se debe defender, también públicamente, porque si alguien es irrespetuoso, lo lógico es que se le pida o exija respeto. No siempre van a reaccionar de forma positiva pero el hecho de decir que está mal, marca una diferencia y define esa delgada línea entre asustarse y sentirse presionado y manipulada, a sentirse con el valor de decir: no, no tengo porque aceptar esto.

Todos tenemos nuestros límites y es nuestro derecho hacerlos valer, de lo contrario estaremos afrontando situaciones que nos hacen sentir incluso responsables cuando no lo somos.

Para mí creo que lo importante es saber detectar cuando se cruzan estos límites y saber cómo reaccionar.

Lo ideal sería que el respeto prevalezca en todas las relaciones, pues sin respeto, estamos en un mundo salvaje y hostil.

Gracias por traer este tema.
Saludos y bendiciones.