La Cima

“Si hay que empezar de nuevo, empecemos. Pero, no nos quedemos en el medio, porque ahí no volamos ni crecemos.” - Nicolás Andreoli

Cuando te propones algo que para los demás puede parecer un poco descabellado es común tener que lidiar con miradas extrañas que secretamente juzgan tu decisión. También es común tener que lidiar con nuestra propia inseguridad que muchas veces nos impide avanzar. Esto es lo que sucede cuando nos enfrentamos a algo nuevo y desconocido ¿La razón? Todos le tenemos miedo al cambio.

El cambio es inevitable en la vida. De hecho, si analizamos un poco la historia de nuestro mundo, nos daremos cuenta que a lo largo del tiempo todo se ha visto desafiado a cambiar y a crecer. La evolución también nos ha enseñado que aquellas especies que no avanzan se quedan atrás, se convierten en los más débiles o simplemente mueren.

Y es que así es como funciona, las circunstancias nos obligan a salir de nuestra zona de confort para poder evolucionar, ya sea para bien o para mal.

Hay cambios que son inesperados, pero otros requieren de cierta planificación y mucho empeño. Cuando deseamos que algo se cumpla, algo que sabemos causará un gran impacto en la forma en como hemos estado viviendo, es necesario que todo nuestro ser trabaje para lograr ese objetivo, aunque a veces querer avanzar y crecer puede llegar a ser demasiado difícil debido a tantos obstáculos.

Pero esa es la cosa, el cambio nunca será fácil, sea planeado o inesperado, nos obliga a poner todo de nuestra parte para poder seguir adelante y por supuesto, siempre nos hace sentir miedo, ansiedad y angustia. Sin embargo, a su vez también puede ser bastante emocionante.

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La verdad es que estoy diciendo todo esto porque quiero expresar como me siento. Quisiera poder escribir una poesía al respecto pero mi vocabulario es coloquial y mis versos torpes.

Como lo dije al principio, todos le tenemos miedo a los cambios y es por eso que nuestros sueños a veces tienden a parecer algo absurdos para otros.

¿Por qué cambiar y pasar por dificultades cuando podemos tan solo quedarnos en la comodidad de nuestra monotonía?

Pero son aquellos valientes que se arriesgan a ir más allá los que realmente logran disfrutar de lo emocionante que puede ser la vida. Y es que ciertamente los cambios son inevitables y atemorizantes pero no significa que sean malos, en el peor de los casos son una enseñanza más. Además, por más imposibles que parezcan nuestras metas a veces solo es necesario tener algo de fe y esperanza para poder llegar a la cima.

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Yo voy donde nunca estoy, donde nunca fui

Voy siguiendo, la brújula que llevo dentro