Imaginemos que un día feliz me doy cuenta que mi internet es una mierda y que, además, no se pueden instalar otras compañías, porque las instalaciones la puso la compañía que antes era un monopolio; ahora está más maquillado...

Pero regresando a la historia: imaginemos que este soy yo (alto, guapo y bronceado):

Ahora imaginemos que mi internet no funcionaba y tuve que llamar al servicio a clientes y, por si esto no fuera poco, no podía contactarlos porque decía que el número no existía.

Imaginemos que este es mi compañía de internet:

Imaginemos que después de 2 horas pudo entrar la llamada e intenté explicarles las cosas...

Ahora imaginemos que me dijeron que yo tuve la culpa (aunque podría ser) y que mi internet corre a 2mb.
Terminé así...

-Dann Axkaná