SEC-S16-W6 | Vibrando alto

  Con frecuencia solemos decir o en su defecto, escuchar que "Recordar es vivir" y, cuando esa frase tan elocuente está presente en nuestras conversaciones, se siente una algarabía emocionante que recorre nuestro cuerpo y, no es para menos porque; traer nuevamente a colación un recuerdo especial siempre será motivo para sentirnos vivos.

  He tenido la bendecida fortuna de vivir infinidades de momentos colapsados de felicidad y, me siento muy feliz por ello ya que, esas vivencias me permiten comprender que soy una persona afortunada porque, a lo largo de mi vida me han llovido motivos para ser feliz y, esas particularidades son las razones perfectas que tengo para disfrutar la energía que emana vibrar muy alto.

  La primera fotografía que comparto con ustedes fue de una carrera que organizaron en la universidad donde estudié y, aunque había estado familiarizada con este tipo de actividades porque varios integrantes de mi familia se dedican a ello, esa fue la primera vez que iba a participar en una carrera de esa envergadura y, haberlo logrado a mis 18 años fue muy encantador porque, forma parte de las actividades que me recibieron siendo mayor de edad.

  Para poder tener las condiciones físicas que requiere este deporte, mi tío y amigo se encargaron de entrenarme acotando que, también me acompañaron y descubrir junto a ellos la magia que tiene el trote; me permitió comprender por qué mi familia está tan enamorada de este deporte ya que, literalmente nos conectamos con nuestro cuerpo e interior y sentir eso me llevó a conocer en mí aspectos muy agradables.

  Siguiendo este recorrido de vibración energética llegó el momento de recordar lo mágico que fue viajar con mis mejores amigas a la Isla de Margarita después de una larga temporada sin vernos personalmente porque, las 3 estábamos radicadas en ciudades diferentes y luego de planificar por mucho tiempo este viaje, finalmente se logró concretar.

  Disfrutar un fin de semana junto a ellas cuando tenía 21 años fue muy encantador porque, además de reconectarnos, nos dimos cuenta que entre nosotras no había cambiado nada ya que, a veces pensábamos que por hacer cosas diferentes y estar distantes, la amistad se iba a quebrar en algún punto. Sin embargo, no fue así y este descubrimiento nos unió más.

  En este recorrido mi etapa universitaria no puede quedar excluida porque, este ciclo fue y sigue siendo uno de los más memorable de mi vida por lo tanto, siempre me gusta hablar de esta experiencia tan mágica que viví y; para cerrar les comparto el momento de hacer la petición del padrino de promoción que además de ser un recuerdo que quedó inmortalizado por esa acción, también fue el último día que logramos estar todos juntos porque, la emigración se hizo notoria después de ello.

  La emoción que sentíamos todos era tan inmensa que, no hubo alguien que pudiera detener nuestras lagrimas y, aunque nos emocionaba cerrar ese ciclo, también nos entristecía saber que se aproximaban muchos cambios y ya no compartiríamos diariamente de la misma manera que lo hicimos durante 5 años de formación académica. Es preciso dejar presente que, esta mágica experiencia la disfruté a mis 22 años de edad.

¡Muchas gracias por leer mi publicación!

^{Las imágenes presentadas en esta publicación fueron extraídas de mi galería personal}

^{Mi presentación en la plataforma}