Mi mayor miedo es...

  Me complace tener la oportunidad de compartir con ustedes a través de este concurso que organizó nuestro amigo @alejos7ven , cual es el mayor miedo en mi vida y, me parece muy interesante que se aborde este tema porque, a veces solemos minimizar este sentimiento o lo que es peor, nos avergonzamos de tenerlo olvidando así que, esto forma parte de una reacción normal del ser humano ante un suceso que experimentamos en un momento determinado. Sin mas preámbulo, comienzo con mi participación.

^{Imagen creada en Canva}

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  El miedo es un sentimiento que de acuerdo a la pirámide de Maslow, ocupa el peldaño de la base y, el escalón que le sigue por ello, de manera natural es considerado una reacción de nuestra necesidad fisiológica porque, experimentamos dicha emoción cuando estamos en un escenario donde nos sentimos amenazados o, estamos seguros del peligroso riesgo que implica algo que nos mantiene en suspenso.

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  En mi infancia después de hacer una travesura con mis primos cuando nos escapamos en un campo con la intención de ir a un lugar donde nos habían dicho que era peligroso, nos perdimos durante el regreso. Durante esos minutos perdidos, para nosotros fueron horas. Solo se escuchaba el sonido del viento y nuestras voces angustiadas al notar que no sabíamos como regresar. Aunado a esto, hubo espacios de este tiempo en el que, ni siquiera emitíamos palabras porque, estábamos tan asustados que, no queríamos hablar.

  Transcurridos unos días de esta situación comencé a notar que cuando estaba en lugares donde había silencio, sentía que mi corazón se aceleraba, me faltaba el aire y quería irme a un lugar donde se emitieran sonidos. Cada día esto era más complejo y en vista de lo intolerante que estaba al silencio, me llevaron al psicólogo para saber que estaba sucediendo y, allí confirmaron que estaba bajo efectos de un shock psicológico por la angustia que viví en el campo y, la reacción de mi cerebro era hacerme sentir miedo al silencio.

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  Mi miedo hacia el silencio se fue desarrollando progresivamente ya que, al principio me sentía incomoda de estar en un lugar silencioso por unos minutos. Es decir, si transcurrían 30 minutos estando en el silencio, el miedo se hacia presente, sin embargo, luego ya no era posible estar en un entorno silenciado por más de 25 minutos y, así seguidamente fue reduciendo hasta llegar al nivel de ni siquiera tolerar el silencio en 1 minuto. Recuerdo que el primer psicólogo donde me llevaron dijo que eso se me iba a pasar en los próximos días y en vista de que no fue así, me llevaron a otro. Aquí me asignaron una terapia para superar ese miedo.

  Durante esa terapia inicialmente pude controlar la situación y un tiempo después de terminarla, el miedo nuevamente dijo presente y con más fuerza. Para que tengan una idea de como está esta situación, actualmente no puedo dormir en silencio porque, si no hay algo emitiendo un sonido, quedo paralizada y dependiendo del momento, a veces lloro del terror que siento. Siempre estoy con el pensamiento de escuchar sonidos porque, el silencio me aturde más que el ruido.

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  El miedo hacia el silencio indiscutiblemente alteró mis emociones y, no solo me ha afectado en mi momento de dormir o estar en con el pensamiento de que en algún momento voy a estar en un entorno silencioso ya que, en mi ámbito educativo y laboral también influyó mucho. Por ejemplo, si tenía un examen, debía decirle al profesor que iba a escuchar música con los auriculares porque, el silencio del salón de clases era un problema para mi y, si estoy en el contexto laboral, muchas veces para no perturbar a los demás que quieren estar en silencio, de igual manera tengo que escuchar alguna melodía utilizando los auriculares porque, ellos necesitan concentrarse y con música, se les hace complicado.

  Sin duda, este miedo ha sido muy incómodo y cuando notamos que influye directamente en nuestras actividades cotidianas, genera más estrés. Ahora bien, tal como les comenté anteriormente, desde el primer momento que lo noté, he estado en actividades para superarlo y aunque en la segunda ocasión la mejoría fue para bien, luego de recaer, me ha faltado carácter por retomar las actividades que puedo hacer para tratar el miedo y, me voy por lo más sencillo que es, escuchar sonidos y evitar un lugar silencioso. Sin embargo, esta no es la verdadera solución del problema.

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  Para superar este miedo que, hoy día para la dimensión que se presenta en mi vida también es catalogado como una fobia, debo hacer constantes terapias de relajación donde, los segundos y posteriormente, minutos en silencio estén presentes. De igual manera, el yoga también me ayudaría a controlar la ansiedad que siento y, en el caso de esta actividad, si la estoy realizando en estos momentos. Otra actividad que me ayudaría a superarlo es atreverme a enfrentar definitivamente este miedo porque, hasta el momento lo que he estado haciendo es huirle y, no está bien. Y por último pero, no menos importante, también sería fantástico que escuche música instrumental o zen antes de dormir ya que, está comprobado que esas melodías contribuyen a nivelar las emociones.

  En conclusión, aunque es normal tenerle miedo a algo, si vemos que ese temor interfiere en nuestra vida cotidiana, hay que prestarle mucha atención a esto porque, a pesar de no querer que sea así y creamos que por nuestra cuenta lo solucionaremos o con los días pasará, esto no es así. Huirle al problema, solo nos lleva al autoengaño y, sinceramente, es muy incómodo vivir así.

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De esta manera, doy por concluida mi participación en la dinámica y antes de despedirme, extiendo la invitación de participación a @julianaherrera @arcayart y @zormar21 .
Acá les comparto los lineamientos del CONCURSO | Mi mayor miedo.
Espero se animen a participar😊💖.

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¡Muchas gracias por leer mi publicación!

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