Y aquí estoy, poniéndome a escribir. Estoy tratando de moverme entre la escritura libre sin tanta estructura, como un experimento personal, viendo cuanto puedo hacerlo sin fallar en los intentos y me di cuenta que como dice la canción: “Todo es ponerse”.

Una de las cosas que pienso que más me frena a la hora de moverme a hacer algo es el hecho de no tener una idea clara de lo que deseo hacer, me resulta muy sencillo responder a las tareas pendientes, esas que ya están creadas y establecidas. Y son precisamente esas tareas, las que confunden lo urgente con lo importante, haciendo que el día transcurra entre pequeñas reacciones y respuestas.

Esto es maravilloso cuando hay objetivos claros y pequeñas rutinas a seguir que corresponden a algo más grande… Pero ¿qué pasa si esas rutinas solo corresponden a tareas que no son tan “importantes”? cosas como tareas diarias del hogar, responder mensajes y llamadas, incluso el tiempo de ocio y entretenimiento sin finalidad, porque resulta que hasta el tiempo de entretenimiento puede sentirse sin propósito cuando no logra hacernos sentir bien o al menos entretenernos.

Mucho se habla del déficit de atención que sufre la población en la actualidad, no es exagerado decir que ya es parte de la normalidad no prestar atención, la atención corta, la inmediatez, hace que perdamos la concentración e incluso nos hace perder de vista los procesos.

Hay una novela de la que escribí hace tiempo, que llega a mi mente cuando recuerdo esto de los procesos y como se va tejiendo en la mente una idea acompañada de sentimientos y emociones: Por el Camino de Swann… Sentí que el autor me llevo de la mano todo el rato, por paginas y paginas hasta que me soltó en una gran apertura de sentimientos y emociones que ni siquiera vi venir, y que comprendí que solo había sido posible por el camino recorrido…

Nos perdemos mucho de ese placer y el disfrute de una belleza incomparable cuando no nos damos el tiempo de vivir los procesos.

Dedicar un tiempo a pensar en nuestros sueños, escribirlos en un trozo de papel, puede ser el primer paso para determinarse a andar, para cada día dar un pequeño paso y adentrarnos en el camino que queremos andar.

Luego que escribimos las metas en un papel y se han desglosado en metas más pequeñas, da mucha satisfacción sentir que cada día estas dando un pequeño paso hacia algo más grande. Son pequeñas acciones con propósito, con sentido, las que nos renuevan y nos hacen sentir vivos.

A veces por más pequeñas que sean nuestras metas, por ejemplo caminar 30 minutos al día, dejar de beber, fumar, estudiar para los exámenes, practicar un instrumento musical, escribir una cuartilla, pueden resultar ser algo muy difícil de continuar en el tiempo si no estamos habituados. Se puede sentir como intentar mover una montaña en algunos periodos de tiempo. Mantener el hábito será lo que vendrá en nuestra ayuda…

Todo es ponerse, sin pensar en los resultados, sin dejar pasar un minuto más, elije la misma hora cada día y resérvala para ti, para construir de a poco la obra que tienes entre tus manos.

La forma de llevar los sueños a la realidad es con las pequeñas acciones que no se notan pero que forman parte de algo más…

Por eso, cuando me esta costando hacer algo que sé que debo hacer, y más aún, que quiero hacer, recuerdo: Todo es ponerse…

Estoy siguiendo una de mis recomendaciones, tratando de escribir✍️ sobre aquello que estoy pensado🤔… Tú que estas allí leyendo, si has llegado hasta aquí, te invito, tú también lo puedes hacer.😉

_{Las fotos son de mi autoría las tomé con un teléfono Samsung SM-A105M.}

@inspiracion