Por el camino de Swann de Marcel Proust

Sucede que un día lo vi en los estantes y lo tome.  Debo decir que tuve que devolverme como dos veces al llegar a la segunda página y retomarlo desde el inicio, las frases largas, muy largas, con añadiduras, aclaratorias, ampliaciones, me hacían perder el hilo, pero la belleza del lenguaje y la narración valían la pena el esfuerzo.

Esta forma de escribir es característica de Marcel Proust. Como todo libro luego de un tiempo uno termina agarrando el hilo y comprendiendo su forma, y hasta se encariña y la extraña. Durante la primera parte se nos habla en primera persona, desde la experiencia de un niño de unos 4 años alternada con el adulto, es fascinante la delicadeza con la que logra interpretar las emociones y sentimientos de un niño tan pequeño, y luego prácticamente la magia ocurre al evocar los recuerdos que le provoca morder una magdalena remojada en una taza de té.

Lo que más puedo rescatar de este libro es ese dominio que posee sobre la interpretación de las ideas y los sentimientos, este autor, habla del sabor de un pan dulce con la misma intensidad, profundidad y delicadeza que habla del engaño de las percepciones.

“Querernos buscar en las cosas, que por eso nos son preciosas, el reflejo que sobre ellas lanza nuestra alma, y es grande nuestra decepción al ver que en la Naturaleza no tienen aquel encanto que en nuestro pensamiento les prestaba la proximidad de ciertas ideas” Marcel Proust

Aborda temas tales como los anhelos y temores de la infancia, la lectura y la escritura, el amor, el tiempo, los recuerdos, la ciudad, la aristocracia, la sencillez, entre muchos otros.

Es a través de los recuerdos que le provocó morder una magdalena que el personaje principal se sumerge en todo un viaje al pasado, en busca del tiempo perdido.

En este libro el autor nos narra en gran parte la vida de Swann, un vecino refinado de su abuelo en Combray. Mediante Swann el autor nos describe las maneras refinadas de un hombre que él admiraba.

“Lo que a mí me parece mal en los periódicos es que soliciten todos los días nuestra atención para cosas insignificantes, mientras que los libros que contienen cosas esenciales no los leemos más que tres o cuatro veces en toda nuestra vida.”

“Debían aparecer en el periódico los pensamientos de Pascal, por ejemplo. Y en esos tomos de cantos dorados que no abrimos más que cada diez años es donde debiéramos leer que la reina de Grecia ha salido para Cannes, o que la duquesa de León ha dado un baile de trajes -añadió Swann dando muestra de ese desdén por las cosas mundanas que afectan algunos hombres de este mundo.” Marcel Proust

Por su puesto el libro, así mismo como él dice, que siendo niño leía grandes trozos sin prestar atención porque su mente viajaba a otras partes, el libro tiene grandes espacios durante los cuales me pareció que se volvía lento al narrar los amores de Swann, me daba la sensación de no interesarme por los por menores de estos amores. Pero como ocurre en ciertas ocasiones, todo ese tiempo aparentemente perdido (por mí) solo fue un preludio a esa exaltación del amor y luego el desamor, el relato cumbre ocurre para mí, al darse cuenta Swann todo lo que significaba esa frase en la composición musical de la Sonata de Vinteuil. Swann presentía un sentimiento expresado en la frase, que a pesar de intuirlo, no llegaba a comprenderlo por completo. Fue una tarde escuchando esa melodía, una tarde cuando se encontró con Odette, que se hizo consciente y pudo comprender en toda su profundidad, lo que le transmitía aquella Sonata… No les detallo más, pues lo que deseo destacar es la facilidad con que Marcel Proust maneja la evolución de los pensamientos y emociones en los personajes, y su capacidad de interpretación de las mismas.

"En cierta ocasión Marcel Proust acudió a escuchar unas interpretaciones de los cuartetos de Beethoven, que se habían puesto de moda en Paris y, al finalizar, el escritor sorprendió a los intérpretes, los componentes del Cuarteto Capet, al expresar, con sutil simplicidad, las emociones que le había provocado. Años después, Capet diría que jamás había oído una explicación tan profunda del genio de Beethoven y de la interpretación de los músicos como la dada por Proust." Fuente

Este libro tiene en mi opinión, esas partes tan magistrales, porque no sé cómo llamarlas de otra manera, que hacen sentir que todas las páginas precedentes valieron la pena para llegar a estas, y que sin las anteriores estas no serían tan grandiosas. Es un libro que te toca íntimamente, logra descifrar e interpretar los sentimientos más profundos presentes en todo amante del arte, el amor, la belleza, todo el que haya sufrido también el desencanto de saberse incomprendido, engañado, y luego descubrirse desenamorado, casi sin querer, y descubriendo que otros sintieron estas mismas cosas y lo llevaron como en el caso de Vinteuil a la música.

Me quede tan sorprendida gratamente por la delicadeza de este autor que sin duda no dudaría en recomendarlo, sin embargo, considero que es una obra poética que requiere de un estado sensible para poder llegar a disfrutar de ella como se merece.