No cabe duda de que las personas son tan felices como eligen serlo. Cuando comprendamos que somos la fuerza de nosotros mismos y que somos el capitán del barco de nuestra propia vida, entonces entenderemos que nosotros mismos podemos elegir ser felices o infelices.

La felicidad manifiesta una vida de tranquilidad y placer para disfrutar de lo que queremos. Nadie puede sentirse feliz en un lugar que no le agrada en absoluto. Cuando empecé mi carrera universitaria, tenía claro lo que realmente quería ser y lo que me hacía sentir feliz.

Cuando estudias una carrera que no te gusta nada, lo máximo que puedes experimentar es frustración y desánimo constante. No puedes olvidar que eres el capitán de tu propio barco y que sólo tú conoces el destino al que quieres llegar, pero, si empiezas a divagar y a desviarte del rumbo de lo que te apasiona, entonces, el fraude o el descontento estarán a las puertas de tu fracaso.

Cuando dices en tu corazón: "Yo soy la fuerza y el capitán de mi vida", entonces puedo elegir la actitud para ser feliz y emprender con éxito el camino que me llevará al lugar donde experimentaré la gloriosa felicidad de la vida que quiero.

Las circunstancias externas pueden influir para traer el descontento o el desánimo, pero, si tú eres el capitán de tu vida, estás preparado para afrontar las tormentas del camino y seguro que superarás todas las dificultades hasta llegar a puerto seguro, donde la felicidad se convertirá en el disfrute de haber superado los retos del camino.

De lo contrario, si permites que los obstáculos del camino te hagan retroceder y abandonar la senda de lo que te hará feliz, entonces lo que te espera es el horror del fracaso.

No olvides que eres tan feliz como tú elijas serlo. Nadie puede elegir por ti lo que quieres en la vida, porque el capitán de tu vida eres tú.