Hace 15 años atrás nació un pequeño niño con tan solo 7 meses de gestación, lo normal es que nazca al tener 9 meses en la pancita de mamá pero este pequeño se adelantó y no hubo forma de detenerlo, una vez en este mundo solo quedaba cuidarlo mucho y así lo hicieron los médicos, papá, mamá, y demás familiares y el niño crecía muy sano y fuerte.

Con los años papá y mamá se separaron y el niño comenzó a vivir unos días con mamá y otros días con papá, ese padre en medio de su pobreza porque ambos son de bajos recursos hacían lo que podían para darle lo necesario a sus hijos aunque estaban separados, cuando el niño comenzó a estudiar la secundaria lo hizo en una institución cerca de la casa de papá para mejor comodidad, habían días o mejor dicho casi todo el tiempo papá caminaba varios kilómetros para buscar a su hijo en casa de su madre y traerlo a la suya para que pudiera estudiar 3 días a la semana.

Los sacrificios aumentaban cuando tenía que conseguir de comer, de vestir y útiles escolares, pero a este padre no le importaba barrer patios, hacer mandados hasta que consiguió un empleo digno para poder cubrir las necesidades, todo esto lo hacía ese padre por amor a su hijo y para que tuviera estudios. Cada día pasaban por mi casa muy felices porque en medio de todo lo malo que pasaban ellos sabían ser felices.

Amigos ! Este amor de padre a hijo era correspondido porque el niño era obediente, el mejor de su salón de clases, muy responsable e inteligente, y los días que papá tenía que hacer algún trabajo para ganar algo de plata él era su ayudante, no le importaba si solo tenía 12 años, ayudaba en los quehaceres de la casa y se levantaba muy temprano todos los días, un joven ejemplar que nunca fue mal educado con ninguna persona.

El pasado jueves tuvo su último día de clases aún sin saberlo, se despidió de sus amigos y profesores, luego de sus vecinos de casa de papá (nunca se despedia de ellos) y yo lo ví en la parada de buses con su linda sonrisa pidiendome la bendición. El día viernes en casa de mamá se levantó, ayudó con el desayuno, arregló una bicicleta para no caminar tanto de casa de mamá a casa de papá y por la tarde preparó una jarra de chicha (bebida lactea) guardó en la nevera para la cena y se fue con un amigo a buscar mangos.

Esa sería la última vez que estaría en casa, estando con su amigo agarrando mangos, vieron unos caballos como muertos y él se acercó a ver y al momento de intentar tocar uno de ellos recibió una descarga eléctrica debido a una linea de alta tensión que colgaba cerca del piso, y lo expulsó a varios metros de distancia, los caballos estaban allí muertos por la misma razón, pero él no lo sabía y al averiguarlo quedó tendido💔

Ahora papá mamá y demás familiares se quedan con un dolor muy fuerte en su pecho y pensando que tanto amor y sacrificio por su hijo quedó en el vacío, los sueños de un joven que deseaba estudiar tanto hasta ser profesional se esfumaron y todo se redujo a nada, hoy el dolor solo me permite escribir para drenar y esperar por el cumplimiento de la gran promesa de mi Dios Jehová de devolverle la vida a mis seres queridos que están dormidos en la muerte.

Hoy solo quedan los recuerdos de un joven de mirada brillante y feliz y una sonrisa para todo momento del día, y unas tareas que tenía que entregar, porque era tan responsable que todas sus tareas las realizaba antes de irse a casa de mamá. En medio de todo lo malo ahora sí los entes encargados de esa zona fueron a reparar la línea de alta tensión caída, ¿Tenía que morir alguien para que hicieran esa reparación? No lo creo pero así se vive en Venezuela.