Regalando ropa y zapatos en una comunidad en mi ciudad

Con un contacto “Casa a Casa” para atender algunas de las necesidades realizamos un recorrido por diversos sectores del Barrio El Río en San Cristóbal, y nos detuvimos en alguna de las casas donde vimos que realmente necesitaban una ayuda.

Bueno esta señora tiene 52 años de edad y es madre soltera de dos niñas en edad escolar con edades de 9 y 10 años, trabaja ayudando a un señor a vender seguros y escasamente llega a un sueldo minimo mensual, el equivalente a 3 dolares por mes, me conto que solo realizaba una comida por dia y que tenia mas de 5 años que no se compraba ni una pantaleta para ella y sus hijas, por eso la escogi en esta comunidad para regalarle una ropa a ella y sus hijas .

dentro de las cosas que llevamos teniamos una cartera y como le cambio la cara a la señora porque dijo que le servia para su trabajo

otra señora de la comunidad que trabaja de cocinera en un comando de la guardia sercano a su casa y le pagan lo que ellos recogen para darle, tambien se le regalarón unas blusas.

Otra vecina de esa comunidad tiene 27 años de edad y un niño de 1 año que apenas aprende a caminar su esposo se fue hace dos meses para el Perú a buscar trabajo, porque la situación del pais y su ingreso no le alcanzaba para alimentar a su hijo y su esposa , y ella aun no ha recibido ninguna ayuda de su esposo que apenas habia conseguido trabajo en perú hasta hace dos semanas.

Da alegria en el alma ver como un niño de 1 año abraza la ropa que se le ragaló.

Tambien conseguimos a este muchacho de 32 años caminando por la comunidad es desempleado y trabaja en la calle recogiendo cosas de la basura para vender y comer, le regalamos un par de zapatos .

Otro señor mayor de 66 años de edad nos contó que trabaja de vigilante en un galpón por las noches y cobra un sueldo minimo tambien, que apenas le alcanza para comer y que como todos los venezolanos tenia mas de 3 años que no se compraba un par de zapatos .

En estos momentos tenemos una meta y es la de comprar, recoger, o recibir por donaciones 50 pares de zapatos para realizar otra jornada de ayuda en la calle.

Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría