Relato de un orgasmo / Cap. 1 / By Carlos Romero

in #writing7 years ago (edited)

  

Se acercaba la hora de salida, tarde como de costumbre. Estaba harto de consultar la hora en mi reloj, contando los minutos, los cuales transcurrían irracionalmente lentos. En mi mente solo estaba llegar a mi hogar. De seguro llegare y ella estará dormida, es lo más probable tomando en cuenta la hora. Me tomo un momento para imaginarla, acostada, en la posición que siempre suele adoptar al dormir. Boca bajo con la cara viendo a su izquierda, su mano derecha por debajo de la almohada y la derecha doblada con su mano puesta en la mejilla que está reposando sobre la almohada. De seguro debe estar desarropada por el calor, (el aire acondicionado se averió y el técnico no vendrá sino hasta el otro jueves), de seguro abrió las ventanas para que entrara aire fresco de la noche, tendrá puesto unos de sus shorts cortos tipo pijama con una franelilla vieja, de las más cómodas. 


 Me distraje y al consultar el reloj me di cuenta que había fantaseado por más de 30 minutos, tiempo en el que pude terminar de ordenar el papeleo en la oficina. Salgo en dirección al estacionamiento, entro al auto y conduzco hasta la salida, al salir a la calle, trafico… Para variar. 


Llegue a casa, todo estaba apagado, introduje la llave en el cerrojo sin hacer ruido. Entre y todo estaba en plena calma, todo estaba ordenado y en el lugar en el que debería estar, todo estaba muy limpio. Coloque las llaves en la mesa del recibidor y proseguí a subir las escaleras que conducen a las habitaciones. Por ahora solo la primera se encuentra habitada, la segunda será para nuestro futuro hijo. Tomo el pomo de la puerta y lo giro muy lentamente, abro la puerta, como me lo imagine, está dormida y justamente como la había imaginado, solo que si estaba arropada, la noche estaba inusualmente fría.  


Las ventanas proporcionaban la luz suficiente solo para distinguir siluetas. Termino de entrar y cierro la puerta. Termino de dejar mis cosas en la mesita de noche, y presiono la cama con mis dos manos para irme introduciendo en la cama tratando de no despertarla, una vez ya montado completamente en la cama desgajo mis zapatos uno a uno con la ayuda de mis pies, al caer hicieron algo de ruido, ella hiso un gruñido como de desprecio, (que inteligente soy) meto mi mano debajo de la sabana, luego mi brazo y por ultimo todo mi cuerpo, trato de adoptar la forma de su espalda con mi abdomen, y deslizo lentamente mis manos por su cintura, sigue dormida y respirando entrecortadamente, al tocarla me doy cuenta de que esta, como mi mente la había imaginado, semi desnuda. Sigo la silueta de su cintura con mis manos una y otra vez, con intenciones de despertarla sin ningún éxito, tiene el sueño pesado, pero sé que si la despierto brusco podría molestarse, en ese caso definitivamente no conseguiré nada. Sigo con mi primer plan, de la cintura pase a sus nalgas, mientras beso su cuello y hombros, noto que se queja como si algo trabajara en su suavemente en sus sueños. Sigue profundamente dormida, pero ya no había vuelta atrás, sentía muchos deseos ligados con la tentación. 


De cuando en cuando movía las piernas las cuales cambiaban la silueta de las sabanas, con movimientos un poco bruscos, pareces enojada, pero no tanto, es como un cansancio amargo lo cual es muy lógico por la situación en la que encontré la casa, en la penumbra de la habitación y la luz tenue de la luna que entra por los ventanales, logro ver el perfil de su rostro, los labios embozan una mueca de desprecio, dejando escapar el aire en bocanadas breves, la miro y siento que se ve perfecta. Es casi dulce rosar sus mejillas con mis manos, me inclino para respirar su aliento que tiene un leve olor a noche y a jarabe de jengibre.  Ya no soporto más esta situación, me desprendo de mi ropa quedando completamente desnudo, ella sigue de espaldas retiro suave, pero firme, su short hacia abajo dejando su cuerpo completamente desnudo (solo quedaba su franelilla, pero eso no me importaba) lento la empiezo a tocar por entre sus piernas, está un poco húmedo lo que me confirma que no está del todo dormida, beso su hombro que me rechaza, mis brazos la tienen entrelazada, oigo una queja amortiguada por la almohada y curva la cintura como negándose, sin embargo a estas alturas no puedo rendirme. Ambos conocemos muy bien ese juego de tentarnos al no parecer interesados, toco nuevamente su entre pierna confirmando su excitación, jugueteo un instante a lo que el área se humedece mucho más, su respiración ha cambiado, ahora es más fuerte sus latidos se han intensificado los movimientos de su cuerpo son como ondulaciones que se estremece, ya dejo a tras la negación, me introduzco dentro de su cuerpo, primero suave luego brusco, sé que a ella le gusta, escucho un gemido, mis brazos la rodeaban y ella rodeaba a mis brazos con mucha fuerza, empezaba a hincarme más uñas, había comenzado una batalla por cambiar de posición, somos a tal punto una misma cosa como un enredo de ovillo donde la lana blanca y la lana negra luchan entre sí como arañas en un vocal. La sabana comenzaba a salirse del colchón, con tanto ajetreo, sin salirme me monte sobre ella, el calor de la habitación nos envuelve y nos reconcilia en una materia temblorosa, sin embargo se obstina en luchar, encogiéndose, encorvándose y lanzando sus brazos como tenazas monstruosas sobre mi cabeza para intentar cambiarme de posición, tengo que dominarla, y se le encanta que la domine, porqué lo hemos hecho siempre con una gracia ceremonial, con cuidado y sin lastimarla voy doblando los juncos de sus brazos y con mi otra mano le sujeto el cuello, su cuerpo se estremece, yo me afinco más y lo hago con más y más fuerza, los gemidos se mezclan con el silencio la noche, el placer casi llega a su punto máximo, el sudor corre por su espalda, la sujeto más fuerte, empiezan a subir escalofríos por mis piernas, le solté los brazos y la abrace sujetándola por los senos, la abrace con mucha fuerza y deje de moverme, solo entrojé con fuerza mi pene y lo deje adentro, mientras sentía el punto culminante de la excitación, la euforia comenzaba a descender su ritmo cardíaco comenzaba a regularse al igual que la respiración, su cuerpo y el mío aun temblaban y aun seguíamos sudados, poco a poco y con movimientos tenues me acosté a un lado de ella, seguía dándome la espalda, la rodee con mis brazos. Algunas personas dicen que el amor es solo el cerebro segregando oxitócica, que no es un sentimiento si no la causa de químicos en tu cabeza, yo no lo sentí así acababa de hacer el amor con mi mujer, me siento completo al estar con ella, es la mujer perfecta y soy afortunado de tenerla. Estaba completamente agotado, cerré mis ojos y me sentí ansioso de abrirlos y descubrir que desperté al lado de la mujer que amo. No pensé más nada, solo me dormí.  


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Me encanto, sigue asi tremendo escrito, esto se te da bien!!

Me alegra que te gustara. Saludos, seguire posteando mas relatos. Un saludo :)

Vaya muy bueno, otro nivel! @romero22

Muchas gracias, me alega que te guste... saludos :)

Buenísimo , gracias por compartir, el equipo Cervantes apoyando el contenido original y de calidad.

Pronto estaré publicando el Cap. 2 este hablara sobre un engaño. Gracias por tu apoyo.

Me encanto. Buena trama y narrativa sigue así estoy ansiosa para el siguiente post :) exito .

Me alegra que te haya gustado. Gracias por tu apoyo, pronto estaré publicando el siguiente Cap.

Te mando un beso y un abraso, saludos.

Me gusto mucho, espero el próximo post;)!

;) gracias por tu voto.. Un saludo.

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