Disney anuncia el estreno de la primera película infantil con un coprotagonista homosexual:

Recientemente se ha generado mucha polémica con la película “Jungle Cruise” (“Crucero de la selva”) la cual será protagonizada por importantes estrellas de celuloide como lo son Dwayne Johnson (La Roca), Emily Blunt, Jack Whitehall, Edgar Ramírez, entre otros y dirigida por Jaume Collet-Serra.

Va a ser, una película infantil de aventura la misma se estrenará en octubre del 2019 y tiene muy buenos comentarios y expectativas a nivel de taquilla. Pero esta película, también tiene la peculiaridad de ser la primera película de aventura de Disney. que se especializa en contenidos para el publico infantil, con un coprotagonista abiertamente homosexual, que estará protagonizado por Jack Whitehall quien en la película hace el papel del hermano gay del protagonista principal Dwayne Johnson.

Me enteré de esta noticia al leer un artículo en la página Aleteia en el hay un párrafo que comenta lo siguiente: “Según un informe exclusivo del periódico The Sun, el actor británico Jack Whitehall fue elegido para interpretar al hermano gay del personaje de Emily Blunt en la película. “Es la primera vez que Disney ha escrito un personaje gay en una de sus películas”, expresó el rotativo inglés.”

Un poco más abajo en este mismo artículo hay un comentario en sobre la película el cual copio textualmente a continuación: Las reacciones no se han hecho esperar. Por ejemplo, la del actor egipcio-canadiense Omar Sharif Jr. Quien dijo en Twitter, el 13 de agosto, “¿Realmente @ Disney # JungleCruise? ¿Tu primer papel gay importante será interpretado por un hombre blanco heterosexual que perpetúa los estereotipos? ¡Fallar! Este barco (refiriéndose al crucero) debería hundirse”.

Ahora bien, en lo personal creo que todas las personas sin importar su raza, sexo, religión, orientación sexual y creencias tienen derechos, es decir, no me molesta ni me escandaliza que las comunidades LGTB, al igual que cualquier otra minoría exijan y luchen por sus derechos y por ser reconocidos.

Lo mismo puedo decir de las etnias indígenas que luchan por mantener su territorio y forma de vida, al igual que el derecho de las minorías religiosas a profesar su fe, pero estos tres grupos que nombre a diferencia de los niños tienen consciencia y son jóvenes o personas adultas conscientes luchando por un derecho.

Sin embargo, cundo metemos elementos como la homosexualidad, el fascismos, el totalitarismo, el fanatismo político, religioso o en cualquiera de sus formas, en películas infantiles es algo perverso, ya que en esos momentos estamos haciendo propaganda y afectando la mente de los seres más vulnerables que hay que son los niños.

Si existe una propaganda intencionada y bien realizada, la misma puede dominar las masas, más cuando las personas que están expuestas a este tipo de propagandas son vulnerables al impacto mediático, sea por la razón que sea, eso lo hemos visto en los regímenes totalitarios ya sea en el stalinismo soviético o en el fascismo alemán de la década de los 30 y 40.

Recomiendo leer el artículo: “Los niños del Führer: Tú no piensas como yo, pero tus hijos me pertenecen. Al igual que ver la película “El triunfo de la Voluntad dirigida por Leni Riefenstahl 1934” siendo el primero un excelente artículo que explica el uso de la propaganda para lo dominación de los niños y jóvenes en un Estado totalitarista y el segundo la película icono de la propaganda nazi.

Ahora bien, las grandes empresas comunicacionales y culturales, hoy en día tienen un poder tan o más grande que los estados totalitarios, ya que ellos a través de la gran y la pequeña pantalla, unida a las redes sociales y otras herramientas comunicacionales van imponiendo modas, criterios gustos y aceptación de diferentes situaciones y modelos.

A ver, ellos no nos dicen ni nos obligan a ver nada, pero lo que si hacen es imponer las agendas informativas y culturales, es decir, cuando hacemos zapping con el control de nuestra Tv, pensamos que podemos escoger lo que vemos, lo cual es una mentira, ya que lo que vemos son los diferentes contenidos que una empresa, un gobierno o un prestador de servicio elige para nosotros. Es decir, tenemos la falsa sensación de elegir, ya que cualquier elección que hagamos está diseñada y aceptada por aquellos que dominan la industria cultural y los contenidos de los medios.

Poniendo un ejemplo práctico, yo me crié en una sociedad machista donde la homosexualidad fuese masculina o femenina, era muy mal vista y rechazada abiertamente y estoy hablando de la Caracas de los años 80. Ahora bien, recuerdo que paulatinamente se dio la aceptación de la comunidad LGBT y recuerdo que esa aceptación comenzó a través de las medres y las abuelas, quienes a su vez fueron impactadas por novelas como “Chica Da Silva” donde uno de los coprotagonistas era un homosexual al que llamaban José Mujer, y así pasó con varias novelas.

Recuerdo el hecho, ya que lo estudie, dado que un día hice un comentario negativo contra un homosexual y fue mi madre la que me dijo que yo era un retrograda, un insensible y pare de contar y cuando lo hablamos , me puso como ejemplo las novelas que estaba viendo.

Otro ejemplo es la frase que decía el protagonista de la novela “Por estas calles” Franklin Virgüez (Eudomar Santos en la novela) que se hizo tan popular en Venezuela que aún se utiliza que es “Cómo va viniendo, vamos viendo” y así podría seguir dando ejemplos y ejemplos de como las novelas y otras programaciones de la pantalla chica y de la pantalla grande impactan en nuestra sociedad, haciendo hoy en día omnipotente la presencia del Gran Hermano, de quien nos alerto George Orwell en su novela 1984, donde explica el dominio de la población por un Estado totalitario a través de la Gran pantalla y de como ese gobierno hipotético que describe en su novela desvirtúa todos los valores de una sociedad. Pueden bajar la novela aquí:

Disney habla del lanzamiento de esta película infantil con un protagonista abiertamente homosexual, cuando ya en EEUU la comunidad LGBT ha logrado que se trasmitan series cuyos protagonistas son de esta comunidad y más aún cuando hay canales como el National Geographic que lanza un seriado sobre la realidad, los problemas y la falta de aceptación de la comunidad LGBT, lo que quiere decir que hay una avanzada con respecto al tema en la industria cultural estadounidense.

Situación que de por si es válida ya que es un problema real para una minoría, que está en medio lo que algunos llaman en teoría política la dictadura de la mayoría, donde no sólo están las comunidades LGBT, sino también los indígenas, minorías religiosas y los casos de género, la periodista y escritora Ana Fischer lo define así en su libro ¿Democracia o dictadura de los mayorías? Cuando plantea lo siguiente “El principio de la libertad individual es fundamental en todas las esferas, y el no poder cuestionar los modos de actuar de una democracia plantea una contradicción en sí misma con esas libertades individuales”.

Pero debemos estar claros también que cualquier Estado o gobierno debe limitar o reglamentar las libertades individuales, dado que vivimos en sociedad y por lo tanto debemos respetar reglas de convivencia que coadyuven a una convivencia real, lo que permite que no se caiga en una anarquía donde cada quien haga lo que le parezca, lo que iría en contra de un orden social mínimo que permita la convivencia, es decir, debemos buscar un equilibrio que permita la convivencia de todos los elementos de la sociedad.

Además instaurando medios de control que permitan hacer cumplir los acuerdos sociales, acuerdos que están planteados en su constitución y sus leyes, pero que va más allá, ya que involucra las normas de convivencia generales, familiares e individuales, que a su vez implican valores, modos de crianza, preceptos morales y otros. Por lo que es más que necesario buscar un equilibrio y poner la cuentas claras en las sociedades que vivimos.

En palabras de John Locke, máximo exponente del liberalismo: “Al nacer el hombre con derecho a la libertad perfecta y a disfrutar sin cortapisas todos los derechos y privilegios que le otorga la ley de naturaleza, (…) no sólo tiene por naturaleza el poder de proteger su propiedad, es decir, su vida, su libertad y sus bienes, frente a los daños y amenazas de otros hombres, sino también de juzgar y castigar los infringimientos de la ley que sean cometidos por otros, y en el grado que la ofensa merezca”.

Siendo esto así, y sabiendo que nuestras sociedades están basadas en preceptos sociales, morales y religiosos heterosexuales y machistas, podemos entender todos los problemas que se puede presentar a la minoría de la comunidad LGBT y sus intenciones reales de que esa situación cambie para ellos.

Por lo que es válida su organización, sus luchas y todas aquellas actividades en pro de las mejoras de su comunidad, así como esa realidad es también válida para todas las demás personas y comunidades que componen las minorías dentro de las sociedades.

Pero con lo que no estoy de acuerdo, en lo personal es que la industria cultural introduzca el tema de la homosexualidad en tan temprana edad ya que nuestros niños son sumamente vulnerables ante el impacto de las imágenes y los mensajes de la pantalla.

En lo personal no me afecta, ya que soy adulto y tengo mi sexualidad clara, pero lo que si me gustaría y lo que espero que se entienda es que nuestros niños tienen derecho a descubrir su sexualidad, en el momento que les toque y que no debemos deformar ese proceso de identidad personal con visiones exógenas que pueden haberse pensado con un principio de generar aceptación, pero que pueden convertirse en algo perverso como lo podría ser una desviación sexual orquestada en nuestros niños y jóvenes, de alguna manera por una minoría.

Ojo y repito, todos tenemos derechos, en lo personal tengo amigos y amigas que pertenecen a la comunidad LGTB y los respeto y estimo, pero ellos decidieron y tuvieron la oportunidad de elegir siendo adolescentes y adultos, tuvieron la oportunidad de descubrir su sexualidad de manera natural, aún en medio de una sociedad machista y excluyente para ellos. Por lo que me parece que el hecho de colocar protagonistas abiertamente homosexuales en una película infantil, vulnera el derecho de nuestros niños, ya que podría afectar su identidad sexual.

De igual modo les recomiendo leer el libro “Para leer al Pato Donald. Comunicación de masas y colonialismo” de Ariel Dorfman y Armand Mattelart descargar aquí, que es un libro que nos permitirá tener las herramientas para entender la afectación que tiene en nosotros los contenidos de la industria cultural, la propaganda y la ideología impuesta a través de los medios.

Finalizando les comento lo siguiente, ahora más que nunca en medio de enorme esta crisis sistémica que vivimos y que nos afecta a todo nivel, tenemos que estar pendiente de lo que ven nuestros niños, de conversar con ellos, de inculcarles valores y de darles toda la atención y el amor que merecen, ya que sólo nuestra presencia y nuestra comunicación con ellos nos permitirá apoyarlos y darle las respuestas que necesiten cuando estos contenidos de la industria cultural y las situaciones de nuestra vida común, despierten su curiosidad infantil y natural, es en ese momento que debemos estar allí para ellos y así garantizaremos que edificaremos un un futuro mejor, dándole a las generaciones futuras una base sólida, sobre la cual construir su futuro.