Pienso que estas relacionando dos temas, que fluyen por separado. La inmortalidad y la capacidad destructiva del ser humano.

El anhelo y búsqueda de la inmortalidad proviene de la finitud del hombre. Cuando se toma conciencia de la muerte, de que se es un ser que tiene un principio y un fin, se comienza a soñar con la infinitud, con la inmortalidad.

El otro tema que aborda sobre el deterioro y destrucción de nuestro hábitat, es producto para mi de tres hechos: primero, por ignorar que pertenecemos a un sistema de vida (YO-OTROS-MADRE NATURALEZA), donde el ser humano forma parte de los elementos de dicho sistema. Y se sabe que hay interdependencia, interconexión y retroalimentación entre los elementos de cualquier sistema. Por tanto, lo que hace el hombre afecta positiva o negativamente al resto de elementos.

Segundo, la creencia nefasta de que es superior a todos los seres vivos y que es dueño y señor de todo lo creado. Esa creencia ha llevado al hombre a hacer cualquier cosa para adueñarse, controlar, dominar y someter todo lo que ha encontrado a su paso.

Y tercero, el mal uso de la libertad de elección. El hombre siempre ha buscado ser libre (y eso no está mal); el problema se presenta, cuando no se asume la responsabilidad de las consecuencias, de las decisiones tomadas. La libertad de elección exige responsabilidad, exige que se responda por las consecuencias de las decisiones y acciones que se tomen a diario.