Última entrada que me faltaba para completar las metas de la semana. Gracias a @neuerko por la imagen sugerida para escribir un texto inspirado. Por otra parte y finalizo la promoción: no se pierdan de este concurso
Historia:

Desde la oficina de Juan

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En estos momentos en alguna parte del mundo alguien está muriendo, alguien está siendo violado, alguien está naciendo, también alguien se está graduando de su sueño, se está teniendo sexo por primera vez, tantas experiencias, unas más carnales que las otras y al final todo se anula, el mundo sigue girando y poco nuestras vidas cambian. Hasta que sea a mí a quien le toque morir o ser secuestrado o recibir el ascenso o cumplir algún sueño. Esto es lo que invade mi mente cada vez que reflexiono acerca de la masa social, acerca del gran conjunto de personas con las que interactuamos al caminar las mismas calles o transportarnos a los mismos destinos inmediatos pero no sabemos nada realmente de ellas.

Así se ve la vida de toda una ciudad en una agitada noche. Pensar que todas esas realidades, cada mundo particular, cada individual que compone esta masa está separado con otro individual por tan solo algunos centímetros de concreto, metal o en algunos casos drywall, comparten incluso la misma red eléctrica, aquella red que alumbra las noches del universitario estudiando hasta tarde es la misma que mantiene la televisión prendida de aquel matrimonio que hace años cayó en la rutina, es la misma de quien cuida en cuartos contiguos a una persona moribunda y ¿por qué no poner más cínico este inevitable compartir del espacio?, es la misma red de quien pisos más abajo o más arriba está dando una fiesta, no necesariamente el evento social del siglo pero una fiesta, donde la alegría reina... o la comparten con alguien como yo que usa dicha energía eléctrica en una oficina, un viernes en la madrugada, haciendo análisis en los valores de la bolsa mundial, me equivoco, no tengo noción del tiempo, ya es sábado. Es en este punto de reflexión que me doy cuenta de cuán alejados estamos los unos de los otros a pesar de estar tan cerca, no más que una cercanía física pero nuestros mundos divergen. Es aterrador pensar en las infinitas realidades compartidas que no se tocan pero habitan el mismo espacio. Vivimos alrededor de mundo completamente distintos al nuestro y ni nos enteramos.

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Definitivamente esta nota debe ir a mis escritos, al carajo el informe de mañana, aún tengo toda la madrugada.
Hong Kong. ICC (International Commerce Centre) Piso73. Oficina de Juan. Sábado 23 de mayo del 2015. 01:22 am.