La tradición de hacer las hallacas va más allá de preparar un plato de comida típica de los Venezolanos, es una celebración familiar, es una oportunidad para unir a la familia.

Desde planificar cuándo se van a hacer, en casa de quién se van a reunir, quién va a llevar cada ingrediente o quienes saldrán a los mercados a comprar los ingredientes, de qué la van a preparar, si de gallina, de carne, de puerco, vegetarianas o mixtas, qué va a hacer cada quien, incluso, que se va a tomar y a comer mientras se preparan, es toda una planificación.

Aunque el objetivo es preparar las hallacas, el valor real es mantener a la familia unida, que compartamos un gran rato, que se mantenga la tradición, que sigamos siendo felices, en armonía, que compartamos nuestros planes futuros, que evaluemos como fue el año, agradecer por todo lo que hemos vivido durante el año que ha pasado y reflexionar sobre nuestro futuro.

Hoy a pesar de la pandemia, habemos quienes ya estamos haciendo esos preparativos, tal vez con muchas precauciones y medidas de control para evitar algún contagio, lo importante es que nos mantengamos sanos. También se suman aquellos que están fuera de nuestro alcance, en otro país, en alguna otra ciudad, los cuales, gracias a la tecnología podremos ver a través de un teléfono o un computador, bien sea en una llamada, en una video llamada o una video conferencia, pero estarán allí.

Es tiempo de agradecer a Dios, por la salud, la felicidad, el trabajo y todas bendiciones que nos ha dado durante este año, hasta el día de hoy. También es tiempo de agradecer a la familia, por siempre estar ahí, a pesar de las circunstancias. Y no podemos dejar por fuera a esos amigos, vecinos y comapñeros de trabajo, con quienes hacemos vida diaria.

A todos infinitas gracias.