¿Cómo afecta al niño autista la falta de asistencia a la escuela?
Buenos días, apreciados amigos lectores. Hoy he traído un tema que es central en el desarrollo del niño autista, como lo es el sentido y las dinámicas en las rutinas diarias.
Espero les sea de utilidad, sobre todo en este tiempo de cuarentena.
Ángel Rivière, psicólogo y especialista en autismo infantil, realizó estudios prominentes e investigó las dimensiones psicológicas que están afectadas en el desarrollo del niño autista. Partiendo del trabajo que realizó Lorna Wing, psiquiatra y madre de una niña autista, en la década de los años 80, quien había propuesto inicialmente 4 dimensiones, a saber:
(1)Trastorno en las capacidades de comunicación social (verbal o no verbal)
(2) Trastorno en las capacidades de reconocimiento social
(3) Trastorno en las destrezas de imaginación y comprensión social. (Estas tres dimensiones definen la "Triada de Wing ")
(4) y patrones repetitivos de actividad.
Fuente: dimensiones del Espectro, según Lorna Wing
Partiendo de esta propuesta, Rivière, profundiza sobre las bases psicológicas del trastorno y propone finalmente 12 dimensiones, las cuales son:
(1)Trastornos cualitativos de la relación social
(2)Trastornos de las capacidades de referencia conjunta.
(3)Trastornos de las capacidades intersubjetivas y mentalistas.
(4)Trastornos de las funciones comunicativas.
(5)Trastornos cualitativos del lenguaje expresivo.
(6)Trastornos cualitativos del lenguaje receptivo.
(7)Trastornos de las competencias de anticipación.
(8)Trastornos de la flexibilidad mental y comportamental.
(9)Trastornos del sentido de la actividad propia.
(10)Trastornos de la imaginación de las capacidades de ficción.
(11)Trastornos de la imitación.
(12)Trastornos de la suspensión.
[Fuente: El tratamiento del autismo, nuevas perspectivas. Ángel Rivière y Juan Martos (Compiladores) España]
Es necesario acotar que cada una de las dimensiones descritas tiene niveles de complejidad y compromiso según la integridad del desarrollo del niño.
Ahora bien para el presente tema nos vamos a enfocar en la dimensión del sentido de la actividad propia, la cual he resaltado en ambas investigaciones.
Comenzaremos afirmando que la escuela constituye una rutina de eje central en el sentido de la actividad en el niño autista.
¿Por qué?
Sabemos que el trastorno del espectro autista, como desviación cualitativa en el desarrollo, obedece a factores complejos y multifactoriales derivados de componentes constitucionales tanto de base neurobiológica como psicológica.
Esta caracterización es la responsable de la variabilidad en los patrones de conductas. Las mismas, en el desarrollo típico, están orientadas a fines mediante acciones planificadas, organizadas y sucesivas donde el niño aplica sus esquemas de acción e interacción, hasta llevar sus objetivos hacia la concreción progresiva de metas logradas.
Hablemos, en general, del sentido y de la actividad propia.
Son competencias cognitivas que se organizan en forma natural alrededor de las funciones ejecutivas. Durante la mitad del primer año de vida, en la corteza prefrontal del cerebro, las ramificaciones neuronales se afianzan a la corteza y emergen patrones altamente complejos que permiten organizar la conducta desde dentro hacia afuera, a través de patrones dinámicos y complejos de planificación, organización, anticipación y acciones dirigidas a metas.
…es el constructo cognitivo usado para describir conductas dirigidas hacia una meta, orientadas hacia el futuro, que se consideran mediadas por los lóbulos frontales. Incluyen la planificación, inhibición de respuestas prepotentes, flexibilidad, búsqueda organizada y memoria de trabajo. Todas las conductas de función ejecutiva comparten la necesidad de desligarse del entorno inmediato o contexto externo para guiar la acción a través de modelos mentales o representaciones internas” (Ozonoff, Strayer, McMahon y Filloux, 1994, p. 1015)
El déficit en la Función Ejecutiva y su impacto en el Autismo.
El continuo del sentido de la actividad propia se organiza desde el predominio masivo de acciones sin aparente sentido, pasando por conductas netamente funcionales de duración corta, hasta conductas autónomas y funcionales de sentido medio para finalmente constituirse en un conjunto o combinación de esquemas complejos de ciclos largos, orientados a fines específicos que garantizan logros educativos y/o laborales.
¿Qué pasa con el niño autista?
Tanto la vaguedad como la falta de precisión en las claves ambientales, rutinas, es básicamente nociva y contraproducente en el desarrollo del niño autista por sus limitaciones intrínsecas para dar sentido a las actividades desde su interior.
Diremos que esto denota, valga la aclaración, y justifica los estilos directivos en el proceso de aprendizaje de esta población.
Sentido de actividad, rutina y escuela.
El sentido y/o dar sentido, el concepto, tiene una connotación básicamente semiótica (H. Ecco, 1994); pero también se utiliza para describir acciones no semióticas: por ejemplo, el sentido de las experiencias para evitar su fragmentación.
Por consiguiente, el sentido también hace referencia a una actividad anticipatoria y prospectiva que ubica en el futuro, lo cual imprime una lógica a los actos del presente en función o representación a acciones próximas.
El sentido también articula las acciones con los contextos, con las personas y con los medios o materiales. Es decir, el sentido es lo cohesiona y da coherencia central en torno a la organización de acciones.
Por lo que se ha explicado, el niño autista no puede construir su actividad y por ende, dar sentido a su rutina de vida, lo cual está a su vez íntimamente relacionado con la motivación.
Es lo que justifica, en gran medida, la necesidad de educarlo en base a rutinas organizadas y fácilmente predecibles y/o anticipables que le permitan construir su desarrollo asimilando los elementos del entorno para su beneficio.
Psicológicamente las rutinas están organizadas en torno a actividades que permiten hacer del día a día un todo más organizado y coherente en el desarrollo típico; por lo que en el desarrollo del niño autista éstas tienen un anclaje cualitativamente más significativo.
Por lo tanto, la escuela y todas las actividades que se derivan de su dinámica son centrales en la vida de los niños, ayudan definitivamente a dar una comprensión y coherencia central al sentido sobre el cual se asienta su vida.
Si el niño autista por circunstancias fortuitas no puede asistir a la escuela la familia puede organizar actividades en los horarios que se habían establecido para tal fin y construir un cronograma que permita dar esa anticipación y sentido que tanto se requiere para construir desarrollo cualitativo.
Espero que esta información les haya valido para hacer una comprensión más profunda sobre los déficit y las alteraciones más comunes, desde el punto de vista de la rutina, en los niños autistas.
Referencias.
Ecco, Humberto (1994). Signo. Editorial Labor, C. A. Barcelona, España.
Actividad y sentido en el autismo. AUTOR: Ángel Rivière. Universidad Autónoma de Madrid
El déficit en la Función Ejecutiva y su impacto en el Autismo.
El tratamiento del autismo, nuevas perspectivas. Ángel Rivière y Juan Martos (Compiladores) España
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Ésta enfermedad me llama poderosamente la atención, a veces me pregunto si algunos de esos escolares que están usualmente abstraídos, como en otro mundo, tendrán autismo leve. En incluso muchos de los que se dice son super-despistados.
Gracias por compartir
Hola. El autismo no es una enfermedad, es una condición neurobiológica de por vida. Como dices, autismo leve es uno de los niveles de severidad; pero igual aunque sea leve esta condición de vida, tiene consecuencias graves para el desarrollo del niño.
Gracias por comentar.