Joannes Wolfgangus Theophilus Mozart (Salzburgo, 27 de enero de 1756-Viena, 5 de diciembre de 1791), más conocido como Wolfgang Amadeus Mozart, fue un compositor y pianista austriaco, maestro del Clasicismo.  Sin duda Mozart es conocido como un músico excepcional, uno de los más influyentes en la historia.

No es de extrañar que las mentes más bellas de la humanidad, los visionarios creativos que nos legan con las mejores obras de arte, música y literatura, también sean los autores de las cartas de amor más hechizantes, la forma más elevada de lo que Virginia Woolf llamó "arte humano ".

Un ejemplar especialmente conmovedor del género proviene de Wolfgang Amadeus Mozart, doblemente por el comienzo inusual del romance que se convertiría en el amor de su vida.

A finales de 1777, Mozart se enamoró de Aloysia Weber, una de las cuatro hijas de una familia muy musical. A pesar del cultivo temprano de su talento, recién estaba empezando a encontrar la autorrealización; ella, por otro lado, ya era una cantante muy exitosa. A pesar de su interés inicial, Aloysia finalmente rechazó sus avances.

En los años siguientes, Mozart se estableció no solo como el mejor tecladista de Viena, sino también como un prometedor joven compositor. Cuando el padre de la familia murió en 1782, los Webers comenzaron a alquilar su casa a los inquilinos para llegar a fin de mes. El joven Mozart se mudó y pronto se enamoró de Constanze, la tercera hija Weber.

  El rapto en el serrallo  

Fue un éxito grandioso, pero Mozart obtuvo tan solo el irrisorio honorario acordado de 100 florines. Esto no le impidió desposar a su amada Constanze Weber un mes más tarde en la catedral de San Esteban en Viena en contra de la voluntad de su padre Leopold y bajo la recelosa mirada de la madre de Constanze, Cäcilia Weber, que había enviudado recientemente.

El 4 de agosto de 1782, los dos se casaron y permanecieron juntos, muy enamorados, hasta la muerte de Mozart nueve años después. 

 

  "Si la gente pudiera ver mi corazón, casi me sentiría avergonzado".   

Frankfurt, 4 de Septiempre de 1790

“¡Querida y pequeña esposa de mi corazón! 

Si tuviera una carta tuya, todo estaría bien... 

Querida, no tengo dudas de que conseguiré algo aquí, pero no será fácil, como piensan tú y algunos de nuestros amigos. - Es cierto, soy conocido y respetado aquí; pero, bueno, no, veamos qué pasa. - En cualquier caso, prefiero ir a lo seguro, por eso me gustaría concluir este trato... porque obtendría algo de dinero en mi posesión sin tener que pagar ninguna; todo lo que tendría que hacer entonces es trabajar, y estaré muy feliz de hacer eso por mi pequeña esposa. 

Me emociono como un niño cuando pienso en volver a estar contigo. Si la gente pudiera ver mi corazón, casi me sentiría avergonzado.Todo es frío para mí, helado. Si estuvieras aquí conmigo, tal vez encontraría las cortesías que la gente me está mostrando más agradables, pero tal como están, todo está tan vacío - adiós mi amada - Yo soy para siempre tu Mozart que te ama con toda su alma. 

PD. - Mientras escribía la última página, lágrimas tras lágrimas cayeron sobre el papel. Pero debo animarme, atrapar - Una asombrosa cantidad de besos están volando - ¡El deuce! - Veo a toda una multitud de ellos. ¡Decir ah! ¡ah! ... Acabo de atrapar a tres - Son deliciosos... Te beso millones de veces.  

  “…No puedes imaginarte lo lentamente que pasa el tiempo sin ti”  

Viena, 7 de julio de 1791

¡Queridísima y amadísima mujercita! Ya me perdonarás no recibir esta vez más que una sola carta mía. La razón es: he de coger al vuelo a un tal N.N. y no dejarle escapar. Todos los días, desde las 7 de la mañana estoy ya en su casa. Espero, además, que hayas recibido puntualmente mi carta de ayer (...) Ahora tan sólo deseo una cosa: tener arreglados mis asuntos, para poder estar otra vez contigo. No puedes imaginarte lo largo que se me ha hecho el tiempo, tanto tiempo lejos de ti... No puedo explicarte mi sensación: es una especie de vacío... que me hace mucho daño, una cierta ansia que no se ve nunca satisfecha y, por tanto, nunca cesa..., que dura siempre y que incluso crece día a día. Cuando pienso con qué alegría infantil hemos pasado el tiempo juntos en Baden... y qué tristes y aburridas horas vivo aquí... Hasta mi trabajo deja de alegrarme, ya que me había acostumbrado a levantarme de vez en cuando para charlar un ratito contigo y esa satisfacción me resulta, por desgracia, imposible... Si me pongo al piano y canto alguna cosa de mi ópera, tengo que pararme enseguida...; ¡mis sentimientos son demasiado fuertes! ¡Basta!... ¡Si llega una hora en que este asunto se acabe, en la hora siguiente ya no estaría aquí! No tengo nada nuevo que escribirte (...) Adieu, queridísima mujercita. 

Hasta siempre, tu..MOZART 

 Hasta el final  

 

“No puedes darme otra satisfacción mayor que estar contenta y alegre, porque si yo sé con seguridad que a ti no te falta nada, entonces todas mis fatigas me resultan agradables y queridas, y la más fatal y confusa situación en la que yo pueda encontrarme, se convierte en una insignificancia si sé que tú estás sana y contenta.” 

 Así pues, estas, como muchas otras cartas,  muestran un lado de la personalidad de éste músico que no muchas veces conocemos, el del Mozart amigo, hijo y esposo, que nos puede ayudar a completar la imagen de este genio único.  

Fuentes utilizadas y si deseas conocer mas de este ilustre músico, te invito a visitar:

https://www.brainpickings.org/2015/02/13/mozart-love-letter-contstanze/ (texto traducido al español)

https://es.wikipedia.org/wiki/Wolfgang_Amadeus_Mozart

http://www.mozart.com/es/inicio/

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