Pienso que el anarquismo es habitualmente acusado de utópico, por pretender alcanzar algo imposible, pero sabemos que la utopía sirve para caminar y lo imposible a veces se vuelve posible. Es preciso reconocer que en una sociedad dominada por los medios de comunicación y en la que impera la cultura del consumo, la competitividad y el conformismo, los ideales parecen extraños e insignificantes a su lado.