Pero ¿qué es ser infeliz?

Podemos decir que es como un sentimiento de insatisfacción personal provocado por posibles circunstancias distintas. Puede ser pasajera o, lo que es más grave, persistente y duradera todo depende de nosotros como seres humados y hasta donde estamos dispuestos a llegar siendo “INFELICES”.

La felicidad, por el contrario, se ha definido poéticamente como tener suerte y nada más, se puede decir que es un estado de serenidad interior, de encontrarle sentido a la vida.

Se hace necesario parar un momento, pensar, reflexionar y mirar al propio interior para conocerse bien, ser sincero con uno mismo y asumir sus propias limitaciones. A menudo nos encontramos con la siguiente paradoja: “muchas personas que lo tienen todo, en el sentido material, no son felices, El dinero no da la felicidad, decimos. Otras personas que son pobres, dicen ser felices”.

Muchas personas dicen ser infelices porque llevan una vida que catalogan de miserable: las mismas rutinas, los problemas en el trabajo, los conflictos familiares, la pobreza, la falta de un proyecto de futuro. Tienen una visión negativa o pesimista de la vida. Pero no se paran a pensar que la vida está llena de sorpresas, de momentos agradables, de pequeños placeres, de emociones, de sentimientos, de alegría. Cada día que amanece es un regalo de Dios por el cual debemos ser agradecidos. Es la visión positiva de la vida. Lo más habitual, sin embargo, es que a lo largo de nuestra vida pasamos por momentos felices y por otros de infelicidad.

Vivimos en una sociedad cortoplacista, es decir, lo queremos todo ya, y a corto plazo. La recompensa de las cosas no puede esperar; queremos disfrutar de la vida diaria e intensamente, pero a menudo no estamos dispuestos a sacrificarnos por nada, o sea a dar más de lo que estamos acostumbrados, a resignarnos, a invertir nuestro esfuerzo para conseguir los frutos en un futuro, aunque a veces sea lejano, no hay prisa si estas confiado y firme en lo que haces.

Somos egoístas, escasamente solidarios, intransigentes, no soportamos la frustración, ni el dolor físico ni espiritual, vivimos en una sociedad estresadora, consumista, exenta de los grandes valores que sustentan al hombre y, muchas veces, esto es lo que conduce a la infelicidad de las personas.
Las personas infelices se ven como víctimas de la vida y se atascan en la actitud de "mira lo que me ha pasado" en vez de buscar una salida al otro lado. Una persona infeliz piensa que la buena suerte de los demás les está robando la suya y en realidad no es cuestión de SUERTE es cuestión de decisión. Creen que no hay suficientes cosas buenas y siempre comparan lo suyo con lo de los demás. Esto lleva a los celos y al resentimiento. Obviamente, nadie es perfecto. Todos nadamos en las aguas de la negatividad de vez en cuando, pero lo importante es el tiempo que nos quedemos en ellas y lo rápido que intentemos salir de ahí. No consiste en hacer todo a la perfección: son los hábitos positivos de la vida diaria lo que diferencia a las personas felices de las infelices. A veces Vivir en el pasado te ayudará en tu propósito de ser infeliz por el simple hecho de que no podrás hacer nada por cambiarlo ni por revivirlo. Efectivamente, alimentar tu mente recordando tus errores, tus desgracias e incluso anhelar los grandes momentos que no volverán es la mejor garantía a la hora de nutrirte de insatisfacción.

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Por eso debemos cambiar nuestra actitud y manera de ver la vida, ser feliz es un requerimiento casi obligatorio hoy en día y la vida se vive con un ansia de bienestar permanente. Medimos nuestra felicidad en comparación con la de los demás y consideramos que no debe irnos tan mal cuando vemos las desgracias de los demás.

Mi recomendación como ser humano es Vivir los mejor posible, sin importar si caes, siempre la mejor parte es levantarse con una gran sonrisa en el rostro! Ya vemos que la Infelicidad no nos lleva a ninguna parte

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