ALIENTO COTIDIANO - 19/11/2018

“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”.
Romanos 5:8

¿Sabías que el sacrificio de Jesús en el Calvario fue el más rotundo y permanente éxito de Dios a favor nuestro?

Alguien tenía que morir para redimirnos del pecado: ‘Por cuanto todos pecaron… están destituidos de la gloria de Dios’; esa era la sentencia.
Fuimos expulsados del huerto del Edén, del Paraíso, dejamos de vivir en libertad, el pecado se fue enseñoreando cada vez más de nosotros, y día a día nuestra separación de Dios se hizo mayor.

¿Cómo podríamos volvernos a Dios? Solo a través de Jesús. Él nos redimió, es decir, pagó con Su vida por nuestros pecados, como si el pecador hubiese sido Él; y sufrió la muerte para que todos tengamos libre acceso a la presencia del Padre.

Gracias a Su sacrificio nuestra comunión con Dios fue restaurada; y así como por Adán fuimos expulsados de Su presencia, por Jesús y mediante nuestra fe en Él, hemos sido puestos ‘a cuenta’ con el Padre Celestial; y así como por el pecado del primer hombre fuimos atados al mal y metidos en prisiones espirituales, por Jesucristo tenemos vida y vida en abundancia. Él es el Cordero de Dios, inmolado por cada uno de nosotros.

En la cruz, antes de entregar Su espíritu, dijo: ‘Consumado es’; y con esas palabras nos estaba diciendo: ‘Ya está’; ahora nada tienen que temer, porque yo estoy pagando por amor, el castigo que ustedes merecían. De ahora en más, solo tienen que disfrutar, gozar de la paz que yo les doy, de la salud, del gozo, y de la prosperidad que a través de mi Espíritu recibirán. Pero lo más hermoso es que pueden venir a la presencia del Padre cuantas veces les sea necesario, y con la seguridad de que el Padre les responderá.

Jesús ya lo hizo todo por ti, ¡confía en Él!, y disfruta de los beneficios que Él ganó para nosotros en la cruz.