Un año y tu mente vuela
Un año que paso volando, los recuerdos, las dudas y la inseguridad llenaban mis segundos en ese momento, la tristeza y la Felicidad me invadian, unos besos, unas sonrisas y unos seres tan especiales que ya no abrazo y que recuerdo cada dia.
Una historia nueva estaba por escribir, pero la ventana de mi avión me recordaba la distancia que me separaría de esos seres tan especiales que tanto valen, pero que no lo sabia del todo, "la familia": son esos seres que siempre han estado ahí, son los que te han brindado tanto y a veces ni lo vemos, son tu motivación diaria, tu gran amor y educación, son esos valores y esas bases tan fuerte que te hacen ser hoy lo que eres.
Sin duda alguna es difícil despegarse de tus recuerdos de la noche a la mañana, tu tierra, esa tierra bendita que Dios puso a tus pies, el aroma, el color, el sonido, esos paisajes, son tantos detalles tan pequeños, que aprendes a distinguir y a apreciar con la distancia, tus amigos, esos amigos que te acompañaron desde la infancia, esas travesuras, esas alegrías y anécdotas que viviste. Y que ahora muchos te llamen compadres es demostrarte afecto, lealtad y hermandad porque en ti confían sus hijos... y pensar que ahora ser un inmigrante es recibir un beso y una abrazo de un extraño que con el pasar de los días se va convirtiendo en tu familia, y que esos abrazos se transforman en nuestros pensamientos como los que recibiamos de nuestros hermanos o padres.
Nadie dijo que era fácil; pero un nuevo camino se iba dibujando con cada paso que iba dando, debía escribir una nueva historia, comenzar de cero, porque no es lo mismo opinar en casa que opinar en el extranjero, cada día era una oportunidad, un aceptación o un rechazo, pero para lante siempre, nadie me enseño a darme por vencida, en busca de oportunidades me vine y en busca de mejoras siempre ando.