1er Reto !Que verguenza!, !Trágame tierra!

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Mi mamá me contaba que de niña un primo suyo cuando alguien e contaba angustiado que tenía un problema su respuesta era: - “No te preocupes, Dios es más alto que una mata de chaguaramos”
Ese “dicho” quedó muy arraigado en mi familia y era usado con regularidad.

Hace algún tiempo una amiga me invitó a ir de visita a su iglesia. Ella es cristiana evangélica y sentí curiosidad por ver cómo celebraban ellos algo que llaman “vigilia”.

Llegamos a su iglesia a las siete de la noche. Allí permaneceríamos hasta las siete de la mañana. No me aburrí como había pensado que pasaría ya que pasaban la noche con actividades breves más o menos en este orden: Leían un trozo de la Biblia, luego alguien daba su explicación de la lectura, nos parábamos a cantar, después alguien contaba algo que Dios hubiera hecho en su vida, pasaba alguien más a cantar un solo (Lo llaman especial”) y después oraban unos diez minutos y comenzaba todo de nuevo.

En el piso superior estaban los baños y una mesa con un termo con café y los vasitos plásticos para que quien se sintiese con sueño lo espantara tomando café. Yo tomé algo de café y no estaba aburrida, sin embargo, me quedé profundamente dormida alrededor de las 3 de la mañana.

Yo estaba sentada al lado de mi amiga en el primer banco de la iglesia, justo al lado tenía la corneta (Porque todo lo hacían con micrófono) Estando yo dormida, el señor que estaba explicando sobre la Biblia se entusiasmó y gritó :

-“ ¡Hermanos, Dios es más grande… !”

Me desperté sobresaltada, me paré como un resorte y grité:

-“ ¡Que una mata de chaguaramos!”

En medio de la carcajada general me senté muy apenada. Mi amiga no cesaba de decirme: -“ ¡Ay, Teresita, qué pena ¿Por qué dijiste eso? Ay, no, qué pena!”

No se quién de las dos pasó más vergüenza. De más está decir que más nunca me invitó a su iglesia.