Esperanza en el rostro de dos jovenes...

El día sábado 11 de agosto del presente año asistía un matrimonio, por casualidades de la vida y los continuos problemas que atraviesa mi país, a este ahijado que decidió unir su vida a una gran chica no le fue posible contactarme previo al evento, y por una nueva casualidad mientras me encontraba visitando a mi familia, me lo encontré el día viernes 10 de agosto detuve mi auto le salude y el formalmente se me acerco y me dijo, padrino que bueno verte, mañana me caso y no sabes cuanto me gustaría que pudieras asistir, yo normalmente cuando visito a mi familia uso ropa muy cómoda desde sandalias hasta bermudas y playeras, nunca viajo con ropa formal, así se lo manifesté y el con una gran sonrisa me dijo no hay problema lo que importa es que te acerques y me acompañes, a lo cual conteste por supuesto ahijado ese día con gusto te acompañare.

Transcurrido ese día sábado aproximadamente a las 8:00 pm me acerque a la Iglesia, que me había indicado y recordé que casualmente, su difunta madre también había elegido este templo para celebrar su matrimonio, inmediatamente mi memoria viajo en el tiempo y recordé la felicidad de ella aquel día, siempre e asistido a bodas y todo había sido normal sin embargo, la de este joven de alguna manera me llego y por alguna razón sentí cierta nostalgia, por el tiempo transcurrido y de imaginar, como su madre hubiera disfrutado el momento.
Al salir de la Iglesia cantos y aplausos para los recién casados, bastante hermoso el momento, mi ahijado solo sonreía, en su rostro solo podía ver esperanza, justo en estos tiempos tan duros para el país, el optimismo que mostraban estos dos jóvenes profesionales, que habían decidió dar este gran paso, era una bofetada al ambiente de crisis que normalmente se respira en todos lados.
Pero de verdad no es tan bueno enaltecer lo malo, asi que les contare que ya en la reunión, un festejo muy bonito pero sencillo mi ahijado disfrutaba cada abrazo y cada felicitación, los cantantes en fila les dedicaban hermosas melodías dignas del momento, y el ante cada canto, el dirigía una mirada de niño grande con una hermosa sonrisa, ante lo cual solo, y en mis pensamientos le deseaba que cada una de ellas ( sonrisas) se transformara en una lluvia de bendiciones. para el porvenir, para el futuro prometedor que espero este por venir, pues de verdad se lo merecen.

Ante su solicitud de que lo acompañara y dado que mi vestimenta no estaba adecuada a la ocasión, ante la primera oportunidad decidí partir sin antes observar a la joven pareja y pensar que esta podría ser el rostro de la esperanza para este país llamado Venezuela, jóvenes llenos de sueños y una gran esperanza ante este tipo de situaciones, acompañado por la poca familia que lo pudo acompañar, rodeado por sus hermanos, quizas uno de los mejores regalos que le dejo su madre, y queines alimentan este futuro de resplandor y exito que todos esperamos llegue a nuestro pais.
VENEZUELA GRANDE CARAJO ...