Sobre la desmotivación en el sistema educativo venezolano

Ante nada, aclarar que quien les habla lo hace desde la perspectiva de un estudiante de ingeniería, caraqueño, dentro del sistema educativo universitario del sector privado.

Ahora, cursando los últimos semestres de mi pregrado,  se puede sentir en la universidad la presencia general de la desmotivación a ser mejores -o al menos "buenos"  estudiantes, lo que me ha llevado a pensar en qué es lo que sucede y cómo podría solucionarse. Por supuesto que no soy sociólogo, antropólogo, psicólogo, estadista, estadístico, experto de la legislación laboral, ni nada afín que me brinde de las herramientas para manejar terminologías, razonamientos y conclusiones de acuerdo a los posibles antecedentes y la manera correcta de afrontarlos, pero vamos, acá mi perspectiva en la que puntualizaré las causas posibles de este círculo:

• Deficiencia en el pago a los profesores: 

Profesores cuyo currículo consta en muchos casos de más de dos décadas de experiencia ejerciendo la profesión en la que se titularon, que no consta únicamente del título de ingeniería, sino de postgrados y maestrías que dan un valor a su horas/hombre que según cifras del Colegio de Ingenieros de Venezuela, se puede aproximar a 4.200 Bs./Hora (sin contar beneficios como cestatickets y otros). Por supuesto, la realidad es muy diferente. 

Actualmente, al staff de profesores, quienes son algunos empleados fijos y otros están ilegalmente tercerizados con el único fin de reducir pasivos laborales a la supuesta institución educativa "sin fines de lucro", perciben una retribución de su jornada laboral hh/H inferior a 800Bs. según la información suministrada por mis profesores. Entre otras irregularidades, el profesorado no percibe el beneficio llamado bono de alimentación, el cual consta de 31UT/día.

Todo lo anterior genera que un personal docente altamente calificado se sienta menospreciado y pierda o carezca de motivación, más allá de la ética profesional, para preparar sus clases y brindarle al estudiantado la mayor cantidad de información pertinente de la mejor manera posible. Lo que nos conduce a profesores que dan clases por el hecho noble y magnífico de apasionarse por prepararnos a nosotros, las futuras generaciones pero que puedan carecer de los medios para hacerlo en condiciones óptimas. Y por otra parte, dichas condiciones dan pie a profesionales que buscan un ingreso extra y, sin mucha preocupación, asisten, imparten un "mateo" de los temas, como mucho, siendo lo más común tener que sentarse a escuchar sus cuentos de la Venezuela mejor que no llegamos a vivir.

• Carencia en la calidad de las clases:

Bien, todas estas posibles causas expuestas se traducen en algo puntual: la disminución de la calidad de las clases que imparten los profesores, lo cual da pie a estudiantes que necesitan aplicarse menos, estudiar menos, entregar trabajos deficientes, dado que los profesores disminuyen la calidad de contenido, proporcionalmente disminuye la exigencia. Continuándose así el círculo en el cual el estudiantado pierde cada vez más esa característica típica que escuchamos de los estudiantes de antaño, aquellos que nos cuentan cómo pasaban días casi completos en la biblioteca investigando, resolviendo ejercicios, juntándose a estudiar con gran pasión. Es decir, el estudiante va perdiendo interés.

• Situación de crisis económica y social:

Este punto es clave a la hora de analizar la situación. Es ampliamente conocida la dura situación que está generando una fuerte ola migratoria de la juventud venezolana, muchos de los cuales se encuentran aún cursando sus carreras universitarias y deciden abandonar para buscar un posible futuro mejor.

Otro detalle que se debe acotar es el rasgo cultural que hemos fomentado al pensar que se estudia una profesión únicamente para obtención de un título, el cual generará facilidad de acceso al campo laboral y un mayor ingreso monetario. Es decir, estudiamos para ascender a un puesto de trabajo y no porque queremos aprender.

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