el señor zorro y la dama ojos de botón

-La vida es como un limón ¿sabes? Al probarla es cítrica y amarga; usualmente es la primera impresión que nos llevamos de ella pero luego viene alguien, la endulza y entonces tienes una rica limonada.
-es una bonita analogía señor zorro aunque no sé si todo el mundo comparta su opinión-
El señor zorro se detuvo un momento meditando en silencio y luego de unos segundos respondió: “realmente no me interesa o importa si las demás personas lo comprenden; yo lo entendí, eso es suficiente para mí.” Y volvió a guardar silencio volteo a observarla y le pregunto: ¿usted lo entiende?
-pensé que no le importaba si los demás lo entendían- comento ella sentada en aquella vieja mecedora de madera que con la punta de sus pies se impulsaba hacia atrás cuando esta perdía fuerza; Arropada hasta la cabeza con aquella manta vieja que habían sacado de la casa; observando como la neblina comenzaba a tocar la punta de los pinos y los cipreses que se perdían en la lejanía de aquel paramo.
-y no me retracto pero debo aclarar que su opinión señorita ojos de botón es muy importante para mí. no era mi intención por lo tanto no quería que se sintiera parte de “esas personas” que cite con anterioridad.
-descuide señor zorro, lo comprendo y lo perdono- su mirada permanecía contemplando aquel pasaje que en ningún momento aparto sus ojos, aquellos dulces ojos estaban fríos (probablemente si se le preguntara su respuesta seria que era por el frio). El señor zorro luego de observarla volvió a recostarse en una de las columnas de la casa y contemplar la naturaleza que se alzaba delante de ellos.